El buen rendimiento del nuevo motor en Jerez plantea preguntas sobre el futuro del ambicioso proyecto V4 de Yamaha.
Después de varios años vagando por el desierto, Yamaha encontró en Jerez un pequeño oasis. El test oficial del lunes, posterior al Gran Premio de España, sirvió para probar un nuevo motor derivado del actual 4 en línea. Y por primera vez en mucho tiempo, los números y las sensaciones se alinearon: Fabio Quartararo y Álex Rins lideraron la tabla de tiempos y lo hicieron con ritmo, no con fuegos artificiales.
Quartararo recupera el “flow”
“Hacía mucho tiempo que no tenía este flow con la moto“, reconocía Quartararo con una sonrisa que hacía meses no se veía en su rostro. El francés, que firmó un sólido fin de semana de Gran Premio, no buscó tiempos en el test, pero el ritmo constante en 1:36 y los comentarios positivos tras bajarse de la moto hablan de algo más profundo: el piloto vuelve a confiar en su máquina.
El nuevo motor, aún basado en la arquitectura clásica de Yamaha, parece haber dado un pequeño salto adelante. “Parece que tiene un poco más de potencia, era el objetivo. Misma potencia pero con la agilidad del estándar”, explicó Fabio. No es el tan ansiado V4, pero es un paso.
Un proyecto a dos velocidades
Lo más interesante del discurso del galo no estuvo en los elogios, sino en la gestión de expectativas. Yamaha trabaja con dos proyectos a la vez: este nuevo motor 4 en línea y un futuro propulsor V4, que debería ver la luz en 2026. “No se abandona esa idea. Tenemos que ir, supuestamente, con el V4 el próximo año. Pero si empezamos a hacer buenos resultados, no sé qué harán”, dijo, sincero, sobre un futuro que aún está en construcción. ‘El Diablo’ deja claro que su trabajo es pilotar, pero también manda un mensaje entre líneas: si el presente mejora, quizá el futuro no tenga tanta prisa.
Rins también sonríe
Alex Rins también cerró el test con buenas sensaciones. “Hemos probado lo que era prioridad absoluta. Un motor nuevo, misma base que llevamos hasta ahora pero corre un poco más”, afirmó el catalán, satisfecho tras 50 vueltas y con molestias en el cuello y la espalda, secuelas de sus caídas durante el fin de semana. Además del motor, Rins evaluó un nuevo setting de chasis y una ala trasera. El primer cambio le ayudó a frenar mejor, el segundo pasó desapercibido. Pero lo importante, según él, es que “podremos tener uno de estos motores para Le Mans”, próxima parada del campeonato.
Calma, que esto es solo Jerez
Ni Quartararo ni Rins se dejaron llevar por la euforia. Saben que Jerez es un circuito favorable a Yamaha. Lo verdaderamente importante será comprobar si este paso adelante se traduce en podios cuando llegue Le Mans, Mugello o Sachsenring. “Necesitamos una o dos carreras más para ver dónde estamos de verdad y ver si tenemos potencial para luchar con los de delante“, dijo Fabio, templando los ánimos. Porque no hay que olvidar que en Qatar brillaron a una vuelta… y se hundieron en carrera.
Pero si algo ha quedado claro tras el test de Jerez es que Yamaha vuelve a tener motivos para creer. Puede que el camino al V4 aún sea largo. Pero si el 4 en línea empieza a empujar, quizás ese camino se haga menos cuesta arriba.
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