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Este primer Gran Premio de la India será recordado por siempre por la emoción, inquietud y también sacrificio psicológico y físico por parte de los pilotos. Hacer frente a las condiciones que presenta el circuito de Buddh no es fácil, y así lo han demostrado.

El Gran Premio de la India resultó ser una prueba extremadamente difícil para los pilotos de MotoGP. Mientras Jorge Martín luchaba por ponerse en pie, exhausto y deshidratado al final de la carrera, Pol Espargaró también compartió los intensos desafíos a los que se enfrentó en el exigente circuito de Buddh. La pista presentaba condiciones climáticas extremas, con temperaturas que alcanzaron los 35 grados y una humedad que superaba el 60%. Además, el asfalto se calentaba a más de 45 grados, y la zona no precisamente se caracterizaba por tener una baja contaminación.

“Nunca había vivido algo igual”

Pol Espargaró experimentó los efectos de estas condiciones extremas, y lo sintió de manera significativa. Durante la carrera, su ritmo cardíaco alcanzó las 198 pulsaciones por minuto. Esto fue algo que Pol admitió no haber experimentado antes, lo que subraya la extrema dificultad de la situación: “Nunca antes había llegado a 198 pulsaciones por minuto. Me sorprendió mucho, porque no llego a esos varemos ni en casa, entrenando con la bicicleta. Esta carrera es muy extrema”, añadió el español.

Jorge Martín derrotado físicamente por el circuito

Los chalecos refrigerantes se habían vuelto comunes en la parrilla momentos antes de que comenzara la carrera. Conforme avanzaban las vueltas, los efectos del desgaste físico se hacían evidentes. Para Jorge Martín, las difíciles condiciones físicas se sumaron a la presión de no cometer errores tras la caída de Pecco Bagnaia, ya que estaba luchando por una oportunidad en la contienda por el título.

Durante la carrera, tuvo que lidiar con el inconveniente de que la cremallera de su traje se abriera mientras competía con el piloto italiano, Fabio Quartararo, por la segunda posición. Finalmente consiguió abrocharse el mono rápidamente, este hecho ha sido motivo de disputa entre algunos aficionados ya que para muchos debería ser sancionado, igual que Quartararo lo fue en su día.

El madrileño después de cruzar la línea de meta se dirigió a su box, y al bajarse de la moto, su equipo tuvo que brindarle apoyo para evitar que se cayera. Le proporcionaron agua y lo acompañaron hasta el parque cerrado, donde no pudo ponerse de pie por su estado de deshidratación. El director médico de la competición, Ángel Charte, tuvo que prestarle atención médica. “Lo he pasado fatal, os puedo asegurar que he dado lo mejor de mí“, decía el piloto tras recuperarse.

Este Gran Premio no ha dejado indiferente a nadie, pero esto es MotoGP, todo puede ocurrir. Ahora toca recargar fuerzas para Japón. ¡Ánimo chicos!

Foto: RR.SS

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