Gigi Dall’Igna analiza sin filtros el GP de Francia de Ducati: elogia la inteligencia de Márquez, se lamenta por la caída de Bagnaia y celebra el despegue de Aldeguer.
Hay carreras que nacen del orden y la precisión. Y hay otras que emergen del caos. El Gran Premio de Francia 2025 fue de estas últimas. Una de esas jornadas donde el talento se impone a la lógica, donde la estrategia se cocina sobre la marcha, y donde solo sobreviven los que entienden que en el caos, la calma también es un arma. Gigi Dall’Igna, director general de Ducati Corse, lo resumía así tras bajar el telón en Le Mans:
“Fue una carrera de esas que no se pueden explicar del todo. Una locura salpicada de decisiones difíciles, caídas, cambios de moto, incertidumbre total. Hay que verla para entenderla. Y aun así, cuesta”.
La victoria de Zarco desde los ojos de Ducati
En medio del desorden, un nombre brilló con luz propia: Johann Zarco. El piloto francés, que venía de un arranque de temporada discreto, supo leer el guion invisible de la carrera. Cuando la lluvia apareció y obligó a todos a cambiar de moto, Zarco apostó por la calma, ejecutó con precisión cada vuelta y aprovechó los errores ajenos para firmar una victoria que no solo fue inesperada, sino celebrada por todos.
“Esos triunfos que llegan en días de locura, con decisiones arriesgadas y bajo presión, son los que más se valoran. Zarco lo hizo todo bien. Es una victoria merecida, de las que emocionan”, reconoció Dall’Igna.
Márquez, el campeón en la sombra
Mientras todos miraban a Zarco, Marc Márquez tejía su propia carrera maestra. No fue el más rápido, ni el más espectacular, pero sí el más inteligente. Con los neumáticos adecuados en el momento justo, sin errores y manteniendo la calma mientras a su alrededor caían los favoritos, el catalán cruzó segundo la línea de meta y sumó un botín de puntos que puede ser oro a final de año.
“Marc hizo exactamente lo que había que hacer. No arriesgó más de la cuenta, pero tampoco se escondió. En días así, eso te convierte en campeón”, apuntó el ingeniero italiano.
Márquez, que ya suma cuatro victorias este año y dos podios en domingos imprevisibles, se consolida como el piloto más consistente del campeonato, pese a las dos caídas anteriores (Jerez y Austin). Lejos de resentirse, ha respondido con madurez y lectura de carrera impecable. Algo que, en Le Mans, le permitió recortar distancias con sus rivales.
Bagnaia, la caída que más dolió
Pero no todo fue celebración en el box de Ducati. Para Pecco Bagnaia, Le Mans fue un mazazo. El vigente subcampeón llegaba al GP con una estrategia clara y prometedora. Había mostrado buen ritmo el viernes, se le veía cómodo pese a las dudas que arrastra con la nueva Desmosedici, y tenía el plan perfecto para pelear por el podio. Sin embargo, una caída no provocada arruinó todo.
“Fue una gran decepción para él y para nosotros. Había hecho lo correcto, pero una situación fuera de su control le quitó la oportunidad de luchar por los puestos de cabeza”, lamentó Dall’Igna.
La situación de Bagnaia se complica. Acumula ya varios fines de semana con errores, frustración y falta de adaptación a la nueva moto. Su conducción —más basada en la confianza con el freno motor— no termina de encajar con la evolución de la Desmosedici, que ahora parece hecha a medida para un piloto como Márquez.
“Tenemos que devolverle la confianza a Pecco. No se trata solo de técnica, sino también de lo humano. Necesita volver a sentirse fuerte, con nosotros a su lado”, añadió el técnico de Ducati.
El futuro se llama Aldeguer
Y mientras los focos se repartían entre los consagrados, un joven debutante volvía a dejar su huella: Fermín Aldeguer. El piloto murciano, que ya había saboreado el podio en la Sprint del sábado, repitió hazaña el domingo con una madurez impropia de un novato. Se mantuvo en pie cuando muchos cayeron, gestionó los cambios con precisión y celebró su primer podio en carrera larga.
“Lo de Fermín es ilusionante. Carrera tras carrera nos está sorprendiendo. Tiene ese algo especial. Este podio tiene que ser solo el primero de muchos”, sentenció Dall’Igna.
Sensaciones cruzadas y trabajo por delante
Ducati sale de Le Mans con sentimientos encontrados. La lluvia alteró los planes, pero también expuso virtudes y debilidades. Zarco demostró que la oportunidad siempre está para quien se atreve a cogerla. Márquez confirmó que es un contendiente firme al título. Bagnaia mostró que su situación es más mental que técnica. Y Aldeguer… Aldeguer hizo que muchos empiecen a mirar más allá del presente. El GP de Francia fue, en palabras de Dall’Igna, “una carrera que se siente más que se explica”. Y ahora toca reconstruir. Porque incluso desde el caos, Ducati sabe cómo volver a ordenar las piezas para ganar.
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