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Fernando AlonsoFoto: EFE

Fernando Alonso se sincera tras un sábado frustrante en Miami: abandonó en el sprint, saldrá 17º en carrera y denuncia que el Aston Martin sigue sin estar a la altura pese a su buen nivel personal.

Las prisas nunca fueron buenas compañeras. Fernando Alonso lo sabe mejor que nadie, y el Gran Premio de Miami volvió a recordárselo a fuego. En un sábado caótico marcado por el sprint, un abandono y una sesión de clasificación al límite, el asturiano vivió un contraste tan doloroso como revelador: el talento está, las manos también, pero el coche no. Todo empezó con una maniobra polémica de Liam Lawson en la carrera sprint. Alonso, con un ritmo digno de zona alta, tuvo que abandonar tras ser sancionado de manera discutible. “Podríamos haber sido terceros o cuartos si hubiésemos cambiado neumáticos cuando tocaba”, lamentó en DAZN, aún con el gesto torcido por lo que pudo haber sido.

No acabó ahí su vía crucis. La clasificación para la carrera larga le deparó el 17º puesto, el peor del año para él, sin poder siquiera entrar en Q2 por primera vez esta temporada. Y eso que el día anterior, en la crono del sprint, había metido el coche en SQ3 con una vuelta brillante que volvió a hacer soñar a los suyos.

Un sábado desastroso

La clave del desastre: un AMR25 reconstruido a marchas forzadas. La parte trasera del coche tuvo que ser cambiada por completo tras la carrera sprint. Se sustituyó también la caja de cambios y varios componentes del motor. Un trabajo a contrarreloj donde el propio equipo de Lance Stroll colaboró para tener el coche listo a tiempo. Pero el esfuerzo no se tradujo en velocidad: “Hice muy buena crono, estaba en top-7 en la primera vuelta que di. Endosé dos décimas y media a Lance, pero luego no pudimos repetir”, explicó Alonso con resignación. En un trazado como Miami, donde las condiciones eran impredecibles tras el diluvio matinal y la mejora de pista era constante, salir con un solo intento efectivo fue un riesgo demasiado grande. “Ahora lo sorprendente es lo que hicimos ayer, un top-10 con lo que tenemos”, reflexionó.

Porque esa es la gran verdad que Alonso no esconde: el coche no está para más. “Tenemos problemas desde Australia y solo podremos tener tres o cuatro opciones durante la temporada para puntuar. Y ya hemos dejado pasar… como tres”, confesó con crudeza. Un dato demoledor: mientras él sigue con su casillero a cero, Lance Stroll suma ya 14 puntos y es 10º del Mundial. Pedro de la Rosa, embajador de Aston Martin y una de las voces más autorizadas del paddock, lo resumía así.

“Es la posición que tenemos real, más o menos”. El coche no da más de sí, pero Fernando sigue extrayendo hasta la última gota de su talento. Sigue pilotando con precisión quirúrgica, gestionando como pocos y entendiendo el límite como casi nadie. Pero sin herramientas, ni siquiera él puede hacer milagros. En Miami, volvió a quedar claro: Alonso está mejor que nunca. Su coche, por desgracia, no.

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