Fernando Alonso volvió a brillar con ritmo, pero no con puntos en Ímola. El asturiano, resignado, explicó su ya viral mensaje por radio y lamentó otra carrera marcada por la mala suerte.
Fernando Alonso lo resumió todo con una frase que ya forma parte de su antología radiofónica: “Soy el piloto más desafortunado del mundo, va a ser una tortura.” El mensaje, lanzado con ironía y frustración desde su monoplaza durante el Gran Premio de Emilia Romagna, refleja a la perfección el espíritu de una temporada 2025 en la que el talento del asturiano no encuentra recompensa. Y la actuación de Fernando Alonso en Ímola lo corrobora.
En declaraciones posteriores a la prensa internacional, Alonso explicaba el porqué de sus palabras. “El coche estuvo muy fuerte hoy. Empezamos bien y pude seguir a Norris y Russell. De hecho, Russell era un poco más lento que nosotros dos, así que tuve que pellizcarme pensando que estaba en la parte delantera y competitivo”, resumía tras una brillante primera parte de carrera, donde rodó en quinta posición.
Sin embargo, todo se torció con la aparición del coche de seguridad virtual, provocado por la avería de Kimi Antonelli. Mientras los rivales entraban en boxes y salían por delante con neumáticos nuevos, Alonso y Aston Martin quedaban atrapados sin opciones. “Creo que de 100 escenarios posibles, 99 nos habrían dado puntos importantes. Pero sucedió justo ese uno que no”, lamentaba con resignación.
Sin quejas de Fernando Alonso
A diferencia de otras ocasiones, no hubo quejas sobre la dirección de carrera. “Era necesario un coche de seguridad virtual. Había un coche parado en pista y comisarios trabajando. Simplemente, otra vez, nos pilló en el peor momento y en el peor sitio”, explicó, aceptando la situación con estoicismo.
Lo que más duele es que, por fin, había ritmo. Alonso lo notó desde el inicio y también en el tramo final, cuando pudo adelantar a Nico Hülkenberg, Lawson y Gasly. “Nuestro grupo habitual de media parrilla fue muy lento comparado con nosotros hoy, lo cual es una muy buena señal. Pero no sumamos puntos”, se lamentaba.
En su análisis, Alonso hizo memoria de todo lo que ha ido mal este año: desde la descalificación ajena que le benefició sin merecerlo, hasta las carreras en las que el coche no estuvo a la altura. En Ímola, por fin tuvo un monoplaza competitivo, pero el resultado volvió a ser ingrato. “Hay gente que tuvo un fin de semana mediocre y aun así está en el top 5. Eso resume todo”, concluyó.
El mensaje entre líneas es claro: Alonso no ha perdido la motivación, pero sí la paciencia con la suerte. Aun así, se aferra a lo positivo: las mejoras funcionan, y el Aston Martin empieza a estar listo para otros objetivos. Solo falta que el destino, por una vez, se ponga de su lado.
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