El piloto catalán llega al Gran Premio de Francia con confianza tras su gran actuación en Jerez y un test positivo con KTM. En casa del equipo Tech3, Maverick busca seguir demostrando su evolución.
El Gran Premio de Francia siempre es especial. Para el equipo Tech3, que corre en casa. Para los aficionados, que llenan Le Mans como si fuera una final de Champions. Y este 2025, también lo es para Maverick Viñales, que llega al circuito Bugatti con algo que no siempre le ha acompañado en los últimos años: confianza. Después de un arranque de temporada con altibajos, el piloto de Roses parece haber encontrado algo parecido a la estabilidad sobre la KTM.
Lo demostró en Qatar, donde cruzó la línea de meta en segunda posición antes de ser penalizado por exceder los límites de pista. Lo confirmó en Jerez, donde rozó el podio con un cuarto puesto que supo más a impulso que a derrota. Y lo ratificó en el test del lunes posterior, firmando el segundo mejor tiempo de la jornada.
😁 Las buenas sensaciones de Viñales
“Estoy súper emocionado de ir a Le Mans para el gran premio del equipo”, dice Maverick en la previa oficial. Y no es solo un guiño de cortesía. El catalán se siente cómodo con la estructura francesa, respira motivación en cada carrera y sabe que esta nueva etapa puede ser clave para su futuro. Porque el talento nunca ha estado en duda; lo que hacía falta era un entorno que le entendiera. Viñales se ha reencontrado con sensaciones que parecían perdidas.
Y en Le Mans, un trazado que le gusta y donde ya subió al podio en la sprint del año pasado, quiere dar un paso más. No será fácil: Pecco Bagnaia, Jorge Martín o Marc Márquez no están dispuestos a regalar nada. Pero Maverick llega con una carta que no muchos pueden jugar: la inercia de alguien que está creciendo carrera a carrera.
⬆️ La necesidad de mejora de Bastianini
A su lado, Enea Bastianini también busca su sitio en este proyecto. Más irregular, pero constante en su progresión, el italiano ha pisado el top 10 en tres ocasiones este año y recuerda bien lo que es ganar en Le Mans. El test de Jerez le sirvió para ajustar piezas y mentalizarse de cara a un gran premio en el que, más que nunca, están en el centro del foco.
“El evento preparado por Claude Michy y su equipo es muy especial, el ambiente es algo que no se ve en otros lugares”, apunta el team manager Nicolas Goyon. Y lo cierto es que Le Mans se ha convertido en uno de esos templos del motociclismo moderno: pasión desbordada, gradas llenas desde el jueves y una atmósfera que se mete en la piel.
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