Álex Márquez explica su táctica para evitar errores, valora su año y bromea sobre un posible duelo en meta con su hermano Marc.
Circuito de MotorLand (Aragón).- Después de un vibrante Gran Premio en España, Álex Márquez analizó con calma y honestidad su actuación, marcada por una gestión inteligente de carrera y un final contundente que lo volvió a colocar entre los mejores del fin de semana. El piloto de Gresini Racing no solo demostró su evolución en pista, sino que dejó claras sus intenciones para el resto de la temporada.
“No ha sido suficiente, pero tampoco me he puesto nervioso cuando he visto que Marc se iba”, explicó Álex tras la carrera. “Marc ha controlado atrás. Me ha cambiado un poco el planning que tenía: tirar fuerte al principio para abrir hueco como hice ayer, pero no se ha dado así. Nunca es fácil tener a un Pecco, dos veces campeón del mundo, detrás a 0.3, 0.4, 0.2…”
A pesar de la presión constante de Pecco Bagnaia, el menor de los hermanos Márquez apostó por la paciencia: “He decidido no cometer errores, cuidar las gomas. Y cuando quedaban siete vueltas, empujé. No quería estar 23 vueltas al límite. Sabía que tenía algo más que él, así que no hacía falta arriesgar tanto”.
Una temporada “maravillosa”, pero con los pies en la tierra
Álex reconoció que está disfrutando de uno de sus mejores años en MotoGP, pero no se deja llevar por la euforia: “Estamos luchando por cosas muy bonitas, pero quedan 14 carreras por delante y aún queda mucho trabajo por hacer”. Su objetivo es claro: mantener la constancia, mirar tanto hacia adelante como hacia atrás en la clasificación, y no perder el enfoque.
“Estar segundos a una distancia considerable del primero es bueno, pero también lo es tener ventaja sobre Pecco. Sé que en algún momento él volverá a ser rápido. Nosotros tenemos que seguir haciendo nuestro campeonato, como hasta ahora: aprovechar cuando se puede y sumar cuando no”.
La broma familiar y el duelo con Marc
El periodista también aprovechó para sacar el lado más personal de Álex, preguntándole por un hipotético final al límite con su hermano Marc, como el que se vivió en Moto2 ese mismo día: “Ganaría yo. ¿Por qué? Porque sí. Le metería el codo y haría palanca, ¿sabes?”, bromeó. Y añadió entre risas: “Mi madre dice que si eso pasa, no nos deja entrar en casa… ni nos hace más macarrones”.
No obstante, reconoció que un duelo así en MotoGP es más difícil de ver: “Las motos pesan mucho más. Es casi imposible aquí hacer lo que ha hecho Oncu sobre Moreira, pero sería un buen problema. Bienvenido sea”.
¿Habrá novedades de Ducati?
Sobre el test del lunes, Álex fue cauto respecto a posibles evoluciones en su Ducati GP23: “No he preguntado todavía, está todo en el aire. Si cae algo, bienvenido sea. Si no, haremos nuestro test para seguir mejorando”. Y aunque dejó en claro que no depende de él decidir si merece recibir nuevas piezas, tampoco cerró la puerta: “Hay cositas que podrían ayudar, pero somos un equipo independiente con moto del año pasado. El que debe decidir eso no soy yo”.
Según explicó, la política de Ducati complica la distribución de piezas: “Si dan algo a una 24, se lo tendrían que dar a todos, y eso significa muchas unidades. Son seis motos en total, y eso lo complica”.
Un podio especial, cerca de casa
Finalmente, Álex valoró el hecho de haber compartido podio con su hermano Marc en casa, por primera vez en territorio español: “Ha sido muy especial, muy bonito. Lo que parece normal sigue siendo historia, y hay que disfrutarlo. Somos muy conscientes los dos de que esto no es normal”.
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