Libros, juguetes, camisetas y dardos con memoria histórica: así fue el ya tradicional intercambio navideño entre los pilotos de Fórmula 1.
La Fórmula 1 vive de la tensión, la competencia extrema y los egos afinados al milímetro… pero cuando llega diciembre y el calendario se detiene, el paddock deja paso al buen humor. Una de las tradiciones más esperadas entre los pilotos es el amigo invisible anual, un intercambio de regalos que, lejos de ser protocolario, se ha convertido en un escaparate perfecto de bromas internas, rivalidades amistosas y mucha ironía.
La edición más reciente no defraudó. Hubo regalos útiles, otros completamente surrealistas y varios con mensaje oculto. Un retrato bastante fiel de cómo se relacionan los pilotos fuera del coche.
🎁 Bromas con memoria (y un poco de mala leche)
Uno de los regalos más comentados fue el de Charles Leclerc a George Russell. El monegasco le entregó una foto del adelantamiento polémico de Zandvoort, una maniobra que levantó ampollas en su momento. Russell no se quedó callado y respondió con ironía: “Solo sabe adelantar así, ilegalmente… igual se la devuelvo cuando Kimi le adelante a él”. Humor con bisturí fino.
También destacó el regalo de Nico Hülkenberg a Fernando Alonso: un bastón, que el asturiano aceptó entre risas asegurando que lo usaría “para darle a Nico”. La respuesta de Fernando fue igualmente personal: un libro de recetas españolas para Alex Albon, dejando claro que la gastronomía también une culturas.
📚 Libros… con segundas intenciones
Los libros fueron un clásico, pero casi ninguno inocente. Pierre Gasly regaló a Charles Leclerc un libro titulado “Cómo ser un buen marido”, una elección que no pasó desapercibida. Por su parte, Esteban Ocon obsequió a Gabriel Bortoleto con un libro de recetas francesas, mientras que Oliver Bearman recibió de Franco Colapinto una camiseta con un oso (“Bear Man”) y la bandera argentina, una mezcla perfecta de juego de palabras y orgullo nacional.
Bearman, a su vez, había regalado a Liam Lawson un libro sobre cómo hacer TikToks, dejando claro que las redes también forman parte del oficio.
🧸 Juguetes, nostalgia y cultura pop
El bloque más entrañable llegó con los regalos más desenfadados. Lando Norris sorprendió a Kimi Antonelli con un LEGO de Ayrton Senna y una almohada con la cara del propio Kimi, mezcla perfecta de idolatría histórica y humor absurdo.
Antonelli respondió regalando a Pierre Gasly material de pádel de Adidas, demostrando que el deporte no acaba en la pista. Oscar Piastri regaló a Ocon artículos de Spiderman, mientras que Lance Stroll le llevó dulces canadienses a Piastri, en un intercambio mucho más dulce que competitivo.
🌍 Identidad, raíces y bromas personales
Hubo regalos cargados de identidad nacional. George Russell regaló a Hülkenberg una camiseta de fútbol alemana,
Carlos Sainz entregó a Stroll una equipación de pádel, y Isack Hadjar sorprendió a Carlos con productos para el pelo y skincare con la bandera de España y un peine, probablemente uno de los regalos más prácticos del intercambio. El más viral fue el de Alex Albon a Lando Norris: una foto de Albon de niño y otra actual, acompañada de una guía de Tailandia, desatando carcajadas en redes.
🏁 Un paddock que también sabe reír
Más allá de los regalos, este amigo invisible demuestra que la Fórmula 1 también es compañerismo, memoria compartida y humor interno. Entre pullas, referencias a adelantamientos polémicos y guiños culturales, los pilotos mostraron una cara mucho más cercana. Porque aunque en pista no regalen ni un centímetro, en Navidad, al menos, sí se permiten regalar risas.
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