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Fabio QuartararoFoto: RR.SS Fabio Quartararo

Fabio Quartararo firmó la pole con récord absoluto (1:26.465), pero se desplomó el domingo en el GP de Australia: de liderar en parrilla a un 11º lugar a 17 segundos del ganador, superado incluso por su compañero Álex Rins.

La jornada de Fabio Quartararo en Phillip Island encapsuló la paradoja de su temporada 2025: un destello de talento descomunal a una vuelta seguido de una decepción amarga en carrera. El francés batió el récord histórico del trazado con un 1:26.465 para firmar su quinta pole del curso… y apenas unos metros después de apagarse el semáforo, vio cómo Marco Bezzecchi, Raúl Fernández y Pedro Acosta le devoraban camino de Doohan. El ‘Diablo’ perdió cuatro posiciones en el primer giro y, a partir de la vuelta 10, encadenó una caída de rendimiento que le convirtió en un objetivo fácil para el grupo, cerrando 11º, a 17 segundos del vencedor y por detrás del probador Pol Espargaró (10º). Álex Rins, con una carrera sólida, fue séptimo y la mejor Yamaha en meta.

⏱️ Un récord que no se traduce en ritmo

Durante la sprint ya se había intuido el problema: buena posición de salida, poca tracción y dificultades para defender en los tramos rápidos y de apoyo prolongado. En la carrera larga, el guion fue más severo. Quartararo describió la prueba como “muy rara” y admitió no reconocer las sensaciones de la M1 respecto al resto del fin de semana:

“Sabía que mi ritmo era bueno, pero no sé qué pasó porque mis sensaciones fueron muy malas; en ningún momento me sentí con ritmo”.

El francés no podía detener la moto ni sostener el paso por curva, dos pilares históricos del ADN Yamaha, y fue cayendo puestos hasta la 12ª plaza, antes de recuperar una posición sobre el final para ser 11º, apenas una décima detrás de Espargaró y a más de seis segundos de Rins.

🏍️  La M1, entre la brillantez a una vuelta y la anemia en tanda larga

La contradicción quedó expuesta: explosivo a una vuelta, falto de estabilidad y consistencia en neumático usado. La elección de compuestos —con rangos térmicos exigentes y viento cambiante— no explica por sí sola la pérdida de rendimiento: la degradación del tren delantero y la falta de apoyo en las curvas rápidas de izquierdas, marca de la casa en Phillip Island, penalizaron la gestión de carrera de Quartararo.

En contraposición, Rins volvió a sacar petróleo del paquete, enlazando su buen domingo de Mandalika con otra actuación eficiente en Australia. El barcelonés se confirma como referencia de carrera dentro del garaje de Iwata cuando el desgaste y el tráfico marcan el ritmo.

😞  Cansancio mental y mirada al cierre de temporada

Más allá de lo técnico, Quartararo dejó entrever el desgaste que acumula la gira asiática:

Necesito desconectar de las carreras. Quiero olvidar lo que pasará en Sepang la próxima semana y centrarme en mí. Cuando los resultados no llegan, solo quieres irte a casa, entrenar bien y ponerte a punto para lo que pueda venir”.

El francés, que ya había apuntado el sábado a una elección de neumáticos errónea en la sprint, trasladó el foco al análisis de datos para entender el derrumbe dominical: “A ver qué dice el equipo”.

Con Sepang a la vuelta de la esquina y el doblete final Portimao–Valencia en el horizonte, el reto para Yamaha y Quartararo es cristalino: convertir la pólvora de los sábados en puntos grandes los domingos. Porque de poco sirve ser el más rápido de la historia a una vuelta si el domingo la moto no sostiene el ritmo que decide los campeonatos.

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