Pedro Acosta analiza la situación que atraviesa la marca austriaca y reconoce que aún hay trabajo por hacer dentro de la fábrica.
Pedro Acosta regresa a Jerez con la energía renovada y un mensaje claro: hay que seguir apretando. El piloto murciano afronta el Gran Premio de España con una mezcla de ilusión por correr ante la afición y una dosis cada vez más afinada de autocrítica. Aunque su evolución con la KTM ha sido notoria en las últimas semanas, no oculta que el camino sigue plagado de altibajos. Y, como viene siendo habitual en sus últimas comparecencias, no deja pasar la ocasión para señalar a la marca austriaca.
Jerez, un escenario especial
Aunque Acosta considera que Valencia es su auténtico gran premio de casa, por proximidad, reconoce que Jerez tiene un lugar especial en su corazón. “Jerez y Valencia son los dos grandes premios más emotivos del año. Significa que tenemos más afición que nunca”, decía con una sonrisa, sabiendo lo que representa este trazado para el motociclismo español.
La carrera de Qatar, con Maverick Viñales como protagonista tras una actuación brillante aunque empañada por una sanción técnica, dejó huella en Pedro. También en lo personal: “Fue de las primeras veces que se me ha visto este año adelantar y recuperar tiempo. Fue un gran paso adelante”. En su análisis, Acosta reconoce que la moto ha alcanzado el nivel del año pasado, aunque lamenta que ese debería haber sido el punto de partida. Con Jerez como escenario, espera empezar a trabajar con una base más estable: por primera vez en lo que va de temporada, tendrá dos motos iguales a disposición durante todo el fin de semana. “Va a ser el primero en el que nos vamos a centrar en trabajar, en hacer una base… Hay que tomárselo con calma, pero con ambición, también”.
Señales de madurez en Pedro Acosta
El piloto del GasGas Tech3 ha ganado en perspectiva y se nota en su discurso. Atrás queda el Acosta únicamente impulsivo; ahora se impone una versión más analítica. “Mostramos que cuando la moto va bien, somos capaces de estar delante. Incluso si nos ponemos a llorar, no va a cambiar nada. No podemos estar 17 carreras llorando”.
Sus palabras apuntan sin rodeos hacia KTM. Aunque reconoce el esfuerzo del equipo de pruebas, encarnado por Dani Pedrosa y Pol Espargaró, cree que la fábrica debe reaccionar: “La gente de la fábrica tiene que ponerse las pilas, no los pilotos”. Para Acosta, el trabajo de Pedrosa y Espargaró es crucial. “Tenemos a los dos mejores pilotos de pruebas de la parrilla. Me hubiera gustado llegar en mejores condiciones a principio de año, pero es lo que te digo siempre tenemos a un Sr. que se llama Dani Pedrosa que hizo a Honda grande a mi forma de ver las carreras y luego tenemos a Pol que era piloto en activo hace dos años”
¿Qué esperar en Jerez?
Pedro se muestra cauto pero esperanzado. Reconoce que es una pista que puede adaptarse bien a su moto, aunque las características del trazado andaluz suponen un desafío muy diferente a los anteriores. “Empiezan a ser ya de las complicadas… hay mucho agarre y ya la pista se hace pequeña. Tenemos que esperar que encaje igual de bien que el año pasado”. Acosta llega a Jerez con ganas de demostrar que su evolución no es flor de un día. Confía en el trabajo del equipo, pero lanza un mensaje claro: la exigencia va en aumento, y los márgenes de paciencia se agotan. Porque, como él mismo afirma con su mezcla habitual de franqueza y desparpajo: “En las ecuaciones, hasta el tío más inteligente se equivoca”.
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