Desde hoy, el murciano ha entrado en los libros de historia del motociclismo como el español mas joven en ganar un título en Moto2.
Dice la leyenda que hay pilotos que son tocados por la varita antes de nacer. De un tal Ángel Nieto, Valentino Rossi, Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa. Pilotos que como Marc Marquez llegaron haciendo historia y cuando se vayan lo irán desde lo alto del podio de los campeones. Y el último en añadirse a esa exclusiva lista tiene ya nombre y apellidos, Pedro Acosta Sánchez, desde este domingo Bicampeón del Mundo y denominado ‘piloto varita’, por su esencia, tanto dentro como fuera de la pista.
“Pedro Acosta, World Champion. Suena de puta madre. Hoy, sí. Me han escrito Remy (Gardner), Escrig… todo esto es por ellos porque el año pasado lo pasé mal y hoy en la celebración había una foto cayéndome. Me he acordado de todas las veces que me caí, que no me salían las cosas. Eso es lo jodido de ganar un Mundial. Cuando todo va bien es muy bonito y te acuerdas solo de lo malo. Me ha servido mucho para este año. Hemos ganado mucha consistencia, algo que el año pasado no tuvimos y nos hizo perder el Mundial o no hacerlo mejor“, empezaba explicando el nuevo Campeón del Mundo de Moto2.
Llegada a lo grande
Desde su llegada al Mundial, Acosta ya supo lo que era hacer historia consiguiendo el podio en su primera carrera y la victoria en las tres siguientes. Campeón en su año de debut y español más joven de la historia en ganar un título en la categoría reina. Solo un año más tarde daba el salto a la categoría intermedia donde tras una temporada complicada, con lesiones conseguía su primera victoria y se convertía en el español más joven en ganar una carrera en Moto2, desterrando de esa posición al mismo Márquez. Y hoy, 12 de noviembre, solo un año más tarde ha vuelto a hacer historia convirtiéndose en el español más joven en ganar en Moto2.
“Han sido tres años en Ajo Motorsport, que han sido increíbles en el equipo. Este es el tercero y último porque subo a MotoGP. No me ha hecho mucha gracia irme. Me han criado ellos, han sido como mi padre y mi madre la gente del equipo. Todo este Mundial lo han ganado ellos”, recordaba. “El año pasado no entendíamos por qué yo no conseguía ir rápido, no era una cuestión de la moto. Me frustraba. Tengo tanto respeto por ellos que nunca me han visto llorar en el box. Este Mundial lo han ganado ellos. Fue duro el año pasado, no me salían las cosas como yo quería, tuve algunos problemas fuera del Mundial que me hacían pensar mucho, cambié de entrenador…“.
El predestinado
Lo cierto es que ganar, era cuestión de tiempo, a Acosta le bastó con una temporada para resurgir, volver y hacer historia. “Soy del pensamiento que si estoy las 22 carreras al 100% puedo ganar las 22 carreras y no se pueden ganar las 22 carreras. Pero el objetivo es ese, ganar y ser competitivo en todas las carreras. Este año hemos fallado poco. La caída de Le Mans me dolió mucho y todavía está ahí, Australia también me dolió mucho y llegué y me encerré en la habitación sin cenar ni nada. Cuando tú respetas tanto a alguien como me pasa con el equipo sentía hasta vergüenza porque era una cagada que se podía haber consentido el primer año del mundial, no ahora y menos a estas alturas”, confesaba.
Tres años en los que el tiburón de Mazarrón se ha instalado en el futuro del motociclismo porque a pesar de que su nombre no quiere que vaya parejo a los de las grandes leyendas, sus números hablan por sí solos. Y en tres años en la más alta competición, Pedro Acosta ya ha batido en precocidad a los dos mejores pilotos de los últimos tiempos: Valentino Rossi y Marc Márquez.
“Suena bien. ¿El más joven en Moto2? Lo he leído. Es gracias al equipo, Albert Valera (su mánager). Antes de entrar en el Mundial, me quedé sin equipo, a la semana de firmarlo. Se lo he dicho: ‘Qué bien ha salido todo’. Aki Ajo me ha dado el entorno para poder hacer eso. Llegué siendo un niño, que no sabía ni cómo iba la pantalla de la moto. Sólo sabía que cuando salían las luces, tenía que cambiar de marcha. El primer Mundial, viniendo sin mi padre y mi madre, me espabilé mucho. Dejé de ser ese niño tímido al que le costaba hablar. Sólo queda disfrutar. Van a ser las dos carreras más bonitas de mi carrera“, concluía. Porque si, aún queda mucho Pedro Acosta por delante.
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