Bagnaia firma su primer fin de semana perfecto del año —pole, Sprint y carrera larga— y avisa: con sensaciones recuperadas tras Misano, quiere discutirle cada triunfo a Marc Márquez en las cinco citas que quedan.
Pecco Bagnaia ha tardado 17 grandes premios y 34 carreras (Sprint incluidas) en reencontrarse con ese piloto afilado que dominó MotoGP en 2022 y 2023. Japón ha sido su catarsis: victoria el sábado, victoria el domingo y liderazgo de principio a fin como en sus mejores días. El italiano no enlazaba un fin de semana así desde Barcelona 2024, y lo ha conseguido justo cuando su compañero, Marc Márquez, ha cerrado matemáticamente el campeonato a falta de cinco rondas. El contexto no le resta brillo; más bien al contrario: le pone un espejo. Y Pecco se mira y se reconoce por fin.
“No quiero quitarle protagonismo a Marc; se merece todo el foco. Es una lástima que mi forma haya llegado ahora, pero estoy contento con el rendimiento y espero seguir en esta línea porque así sí puedo luchar”, arrancó el turinés nada más bajarse de la Ducati.
🔁 El fin de semana que le debía 2025
La película fue la que tantas veces escribió Bagnaia en su era imperial: salida limpia, ritmo de control, gestión de gomas y zarpazo cuando hacía falta. “Ha sido fantástico poder hacerlo otra vez; no lo lograba desde Barcelona el año pasado. He salido bien, he controlado toda la carrera, como me gusta. Quería empujar y divertirme encima de la moto, y no sentía eso desde el año pasado; lo recuperé en el test de Misano”. Aquel ensayo del lunes, con ajustes de reparto de pesos y pequeñas decisiones de set-up, fue el punto de giro que necesitaba.
😮💨 El susto del humo… y el carácter del campeón
Hubo un momento de tensión en el muro de Ducati: un leve humo blanco asomó por el escape de la GP25 del #63 en las últimas vueltas. “No sé qué ha pasado; puede ser algo parecido a lo de ‘Diggia’ en Valencia hace dos años. Yo no noté nada, salvo un poco menos de potencia en las tres o cuatro últimas vueltas. Si hoy me llegan a sancionar por eso, hubiera sido el mayor enfado de mi vida”, confesó, aún con la adrenalina a tope. El incidente quedó en nada… y el pleno, en todo.
🧠 Mirar a Marc para entender el listón
Pecco no esquivó la foto grande del fin de semana. “No hay muchas palabras para describir la temporada de Marc y sus últimos seis años. Ha pasado por lesiones y malos momentos y ha tenido una fuerza mental admirable. Me hubiera gustado luchar con él; ha sido perfecto toda la temporada salvo dos o tres carreras. Felicito a Marc, a su familia, a Gemma y a su entorno”.
Y ahí, inevitablemente, se miró a sí mismo: “Este año me he hecho muchas preguntas. Hubo un momento en que no me reconocía: llegaba 21º a una clasificación y hacía malas carreras. Con un compañero tan fuerte, si eres débil te afecta. He aprendido que, incluso sin ser el más rápido, un campeón puede ganar”.
🎯 Lección aprendida y plan para las cinco finales
El discurso tuvo autocrítica… y propósito. “Termino un fin de semana perfecto; estoy contento y, por otro lado, enfadado por haber llegado tan tarde”. Pero el mensaje final fue una declaración de intenciones para lo que resta de curso:
“El año que viene tendré otra oportunidad para seguir aprendiendo y ponérselo difícil. Hoy Marc tenía la ‘excusa’ de cerrar el Mundial, pero en las próximas carreras veremos si podemos empezar a luchar”.
Con Japón, Bagnaia ha saldado su deuda de 2025: las sensaciones han vuelto, la ejecución también y, sobre todo, la confianza. Ducati se va de Motegi con el campeón del mundo en el box de fábrica y con su otro piloto en modo colmillo.
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