El #93 coronó una temporada histórica en Motegi y recibió un homenaje inédito de rivales y celebridades. Entre los vítores, una ausencia sonó más que mil aplausos: la de Valentino Rossi.
La gesta de Marc Márquez en su primer año como piloto oficial de Ducati tuvo un epílogo tan emotivo como poco frecuente: una caravana de respeto en la vuelta de honor del GP de Japón. Uno a uno, sus rivales se acercaron para felicitarle, algunos con lágrimas, todos con el gesto claro de quien reconoce algo excepcional. No era solo el noveno título —séptimo en MotoGP—, era la culminación de un camino de regreso que parecía imposible hace no tanto.
🌐 Estampida en redes: del box al trending
La celebración no se quedó en el asfalto. En cuestión de minutos, las redes se convirtieron en una alfombra roja de felicitaciones cruzadas. Fernando Alonso (“¡Felicidades, campeón!”), Rafa Nadal (“Eres increíble; felicidades por superarte a ti mismo”), Toprak Razgatlioglu, Carlos Alcaraz, Pau Gasol, Laia Sanz, Alexia Putellas o Carlos Sainz, entre otros, amplificaron el eco de Motegi. Hubo también mensajes privados de vieja guardia, como el de Casey Stoner, que prefirió la discreción de una felicitación directa al #93.
🟡 La nota discordante: el silencio de Rossi
En medio del aplauso general, una ausencia resaltó: Valentino Rossi no se sumó públicamente a la oleada de mensajes. El italiano, eterno antagonista de Márquez y ahora igualado en coronas mundiales, optó por el silencio. Para algunos analistas, ese mutismo resta.
Ricard Jové lo resumió en DURALAVITA:
“¿Sabes qué echo en falta, mal que le pese? Valentino tendría que haberle felicitado, aunque fuera en un tuit. No lo va a hacer.”
Y añadió sobre el homenaje del pelotón:
“Pocas veces he visto a un campeón del mundo al que todos los pilotos vayan a felicitarle encima de la moto. Todos se pararon en señal de respeto.”
🧭 Leyendas opinan: acabar bien también es parte de la leyenda
Ramón Forcada, presente en la misma charla, coincidió en el diagnóstico:
“Valentino ha marcado una época, ha cambiado el motociclismo. Lo que pasa es que no lo ha sabido acabar bien; ése es el problema. Marc, con lo que ha aprendido de Valentino, seguro que lo acaba diferente.”
El trasfondo es claro: la grandeza deportiva se mide en la pista… y también en cómo se asumen las páginas que escriben los rivales.
🔴 Ducati, Motegi y el valor simbólico del lugar
Que todo sucediera en Motegi, ‘casa’ espiritual del pasado de Márquez y consagración de su presente con Ducati, multiplicó el simbolismo. El español tocó techo competitivo con una temporada de manual y, de paso, reordenó el tablero mediático: del “vuelve” al “ha vuelto” con una autoridad que reverbera más allá de MotoGP.
📌 Más que un título: un espejo para el deporte
El reconocimiento transversal —pista, gradas y cultura popular— explica por qué este noveno título trasciende el palmarés. Por narrativa, resiliencia y ejecución, la coronación en Japón es ya un hito que se estudiará como ejemplo de cómo se regresa del abismo para reconquistar la cima. Con aplausos… y con silencios que cuentan.
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