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Foto: Getty Images

Norris ve como Verstappen le vuelve a superar en clasificación, pero el británico sigue siendo el beneficiado con los resultados

El golpe no vino solo con el crono. Vino con la manera en que Max Verstappen lo hizo: sin dejar ni una rendija, sin ofrecer siquiera la ilusión de que el viernes significaba algo. Y eso a Lando Norris le pesó… y mucho. Abu Dhabi debía ser su terreno para lanzar el último asalto por el título; en cambio, acabó con un McLaren tocado y un piloto que salió de la clasificación con el gesto torcido.

La rueda de prensa posterior lo dejó evidente. Tres pilotos, tres estados mentales. Verstappen, relajado, casi satisfecho. Piastri, serio pero sereno. Norris… otro mundo. Intentando sonreír, tocándose la cara una y otra vez, como quien intenta mantener cerrada una grieta que ya sabe que existe. Nervioso, rígido, con ese lenguaje corporal de quien preferiría estar en cualquier otro sitio. Quería salir del foco cuanto antes, se notaba: “Es difícil. Max hizo un buen trabajo, así que felicidades”, arrancó, con un tono que decía más de lo que quería decir.

“Hicimos todo lo posible. Mi vuelta fue bastante buena… claro que estoy decepcionado por no haber conseguido la pole en la última carrera del año, pero hoy no fuimos lo suficientemente rápidos. Intentaremos conseguirlo mañana”, añadió, intentando volver a armarse emocionalmente.

Cuando le preguntaron por esa “decepción”, Norris fue directo:

“La Q1 y la Q2 no fueron muy fluidas. Pero en la Q3, sinceramente, estoy bastante contento con mis vueltas”.

Una decepción que va más allá

Luego profundizó un poco más, dejando claro que la clasificación lo había tocado por dentro:

“Siento que le he sacado mucho partido al coche y no fue suficiente. Por eso estoy decepcionado: quería estar en la pole para la última carrera del año. Hoy simplemente no tuvimos ritmo”.

Pero la frase que realmente mostró el peso que carga sobre los hombros y que demuestra que la batalla por el mundial se lucha mucho más allá que solamente en pista fue:

“Claro que estoy detrás de la única persona a la que quiero ir por delante. Esa es la razón de la decepción”.

Cuando le preguntaron si firmaría terminar el domingo en el mismo orden que la clasificación, Norris se sinceró:

“Ser el cazado suele ser bueno porque tienes la ventaja desde el principio. Claro que firmaría por eso ahora, pero la vida no es tan sencilla. Tenemos que planificar cómo ganar, ya sea con ritmo o con estrategia”.

Lo dijo, pero su mirada contaba otra historia: la del piloto que ve el domingo no como una carrera… sino como un muro que se le acerca demasiado rápido. Aun así, quiso cerrar con algo de luz, aunque fuera tenue:

“Quiero terminar la temporada en la cima. Nada cambia por ahí”.

Pero el ambiente decía lo contrario. La pole de Verstappen no solo movió el campeonato; movió el interior de Lando Norris. Y ahora, antes de la carrera que puede decidirlo todo, el británico tendrá que luchar no solo contra Max… sino contra sus propios nervios.

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