Lando Norris firmó una vuelta perfecta para lograr la pole en el GP de Mónaco 2025, rompiendo su sequía desde Australia y dejando sin palabras a un Charles Leclerc que aspiraba a brillar ante su afición.
Han pasado más de dos meses desde que Lando Norris firmó su última pole position en Fórmula 1. Fue en Australia, al arranque de temporada, y desde entonces el piloto de McLaren había estado persiguiendo ese equilibrio perfecto entre velocidad y precisión que tanto define a los grandes clasificadores. En Mónaco, el británico volvió a encontrarlo. Y no podía haber elegido mejor escenario para hacerlo.
En las calles del Principado, donde cada milímetro cuenta y cada error se paga con un muro, Norris se reencontró con su mejor versión. No fue la vuelta más arriesgada del día, ni la más agresiva, pero sí la más inteligente. Supo exprimir el McLaren cuando más importaba y batir al héroe local, Charles Leclerc, que soñaba con firmar la pole en casa. “Estoy muy orgulloso. Hacía tiempo que no llegaba este momento”, confesaba el de Bristol, visiblemente emocionado tras bajarse del coche. “He sufrido en clasificación estas últimas semanas. Hacerlo aquí, en Mónaco, lo hace aún más especial”.
La clave, reconocía Norris, estuvo en lograr una vuelta rápida, pero sobre todo limpia. A lo largo de la temporada, especialmente en Imola y Miami, había mostrado ritmo más que suficiente para luchar por poles e incluso victorias, pero los errores al límite le habían impedido redondear las sesiones. En Mónaco, lo logró. Y eso, en un circuito donde salir delante puede marcar la diferencia entre ganar o no, vale su peso en oro.
Su primer intento
En su primer intento en la Q3 ya mostró que tenía algo más guardado. Pero fue en la última vuelta cuando lo dejó todo. “Ese es el reto aquí: mejorar constantemente, mientras todos los demás también lo hacen. Hay que arriesgar más, confiar en el coche y no cometer errores. Hoy lo he conseguido. Fue una vuelta limpia, bien ejecutada. Es bonito cuando cruzas la meta y sabes que el esfuerzo ha merecido la pena”.
McLaren también tuvo un papel crucial en esta pole. El equipo decidió apostar por una estrategia poco habitual: dos intentos con el mismo juego de neumáticos blandos. Lejos de comprometer el rendimiento, fue una ventaja: el compuesto mantenía rendimiento varias vueltas y la confianza extra que se gana con un neumático ya rodado resultó determinante. “No fue un riesgo. Era nuestra idea desde antes de salir a pista y nos mantuvimos fieles al plan. El equipo hizo un trabajo fantástico”.
Un duelo con el hombre de casa
La pole de Norris no solo es importante para el domingo en Mónaco, donde adelantar es casi una quimera, sino también a nivel anímico. Después de varios fines de semana frustrantes, recuperar el liderato en clasificación devuelve al británico a la pelea directa por las victorias. Y con un McLaren cada vez más competitivo, no se puede descartar nada.
Ahora, con la pole en el bolsillo y la confianza renovada, Lando Norris afronta una oportunidad dorada: la de convertir una vuelta perfecta en una victoria inolvidable. Y hacerlo, además, en el circuito más emblemático del calendario. Porque en Mónaco, como todos saben, quien manda el sábado… suele reinar el domingo.
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