Verstappen y su pole en Abu Dhabi le permiten dar un pequeño paso en la lucha por el título, pero admite que no solo está en sus manos
El último baile del año empezó con Max Verstappen midiendo cada paso… hasta que decidió dejar de medir y simplemente dominar. El fin de semana había arrancado bien para el cuatro veces campeón del mundo, aunque por detrás del McLaren de Lando Norris. Pero la clasificación iba a poner cada cosa en su sitio: desde la Q1, el neerlandés enseñó que venía con algo más que intención, imponiendo un ritmo que obligó incluso a dos intentos, no por falta de velocidad, sino por la mejora de la pista y la igualdad que marcó la sesión.
La Q2 mantuvo el guion
Dos vueltas con neumático usado bastaron para pasar. Pero lo realmente revelador estaba por venir.
“Creo que, en general, la clasificación se sintió un poco más unida en comparación con las otras sesiones, en las que siempre sentía que nos faltaba algo. Me sorprendió lo mucho que aportaron los neumáticos nuevos en la primera vuelta”, explicó Verstappen, casi como si él mismo no terminara de creerse el salto.
Yuki Tsunoda ofreció un ingrediente extra: un rebufo calculado, perfecto.
“Fue muy amable de su parte ceder uno de sus puestos. La segunda vuelta no sabía si iba a mejorar sin ese rebufo, pero encontré tiempo en curvas y eso marcó la diferencia”, detalló.
Al final, pole en Abu Dhabi y un Verstappen satisfecho:
“Estoy muy contento con el rendimiento a una vuelta. Ahora la gran pregunta es si podremos mantener ese nivel en carrera”.
Para ser campeón, algo tiene que romperse… y no precisamente en Red Bull
La realidad del campeonato es simple: Verstappen llega a Abu Dhabi a doce puntos del líder, Lando Norris. Incluso ganando, la corona no depende solo de él. Norris tendría que quedar fuera del podio. Difícil. Muy difícil. Pero Verstappen no vino hasta aquí para rendirse.
“Necesitamos algo de suerte por detrás. Quiero ganar la carrera, pero también necesito ayuda para ganar el campeonato. Ya veremos cómo va mañana”, admitió el neerlandés.
Red Bull, que parecía hundirse hace apenas unos meses, vuelve a oler sangre. Vuelve a oler título. Y con esta pole, Verstappen les ha devuelto algo más que esperanza: les ha devuelto una razón para creer que el milagro todavía es posible.
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