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Maverick ViñalesFoto: Jose Carlos Jiménez - Piel de Asfalto

Maverick Viñales sigue su adaptación a la KTM y llega a Le Mans con confianza tras dos fines de semana sólidos: “Estamos muy cerca, pero hay que tener paciencia”.

Maverick Viñales ya no necesita convencer a nadie de su talento. Su historial en MotoGP habla por sí solo. Sin embargo, su 2025 está siendo un año de reconstrucción. Alejado de los focos por la explosiva irrupción de otros nombres, el piloto de Roses avanza en silencio junto al equipo KTM Tech3, una estructura joven pero ambiciosa con la que empieza a sentirse verdaderamente en casa.

En la previa del Gran Premio de Francia, Viñales habló con claridad sobre su proceso de adaptación, que está empezando a dar señales de madurez:

“Tenemos que mantener el potencial que hemos mostrado en los dos últimos fines de semana. Resulta patente que hemos crecido mucho en apenas cuatro carreras, pero aún tenemos que mantener la calma, porque estamos en ese proceso de ir entendiendo la moto”.

Viñales insiste en que, a pesar de no haber logrado aún un resultado que lo devuelva al podio, está más cerca de lo que indican los puntos:

“De sesión a sesión, de carrera a carrera, me siento cada vez mejor, más alineado con la moto, y eso es fantástico. Ahora toca dar el paso correcto porque estamos muy cerca”.

Le Mans, un trazado familiar en medio del proceso de adaptación de Maverick Viñales

Pese a estar 15º en la clasificación general, Maverick llega con una dosis extra de confianza a Le Mans. El trazado francés ha sido históricamente uno de sus circuitos talismán, y aunque reconoce que aún debe adaptar su estilo al potencial de la KTM, ve posible un buen resultado este fin de semana:

“No sé si se ajustará a la KTM, pero trataré de fluir al máximo con la moto. Este es un circuito en el que solía ser muy rápido y probablemente este año estaría al nivel, pero tengo que adaptarme a las nuevas sensaciones”.

Viñales subraya que el mayor cambio está ocurriendo en su interior, con una relación cada vez más natural con la moto:

“Al principio tenía que pensar mucho más al pilotar. Ahora, simplemente piloto. Todo se me está volviendo más fácil y puedo ir al máximo desde el FP1, lo que nos permite trabajar mejor en el setting y preparar mejor la clasificación y la carrera”.

Confianza a fuego lento y respeto por la afición

Lejos de lanzar campanas al vuelo, Viñales prefiere mantener los pies en el suelo. Sabe que aún no ha mostrado su versión más competitiva, pero se aferra a cada pequeña mejora para alimentar su ambición:

“Estamos creciendo muy rápido, pero hay que tener paciencia. Si quitamos las dos primeras vueltas en Jerez donde estuve peleando con Di Giannantonio, apenas estaba a una décima de Álex Márquez. Hay que encontrar esos detalles para marcar la diferencia”.

Maverick también se refirió a la figura de Álex Márquez, líder del campeonato, a quien considera un contendiente real al título… si cree en sí mismo:

“Creo que dependerá de cuánto crea él que puede lograrlo. Si se lo cree de verdad, podrá estar ahí hasta el final”.

Y si hay algo que hace especial al GP de Francia, es sin duda la pasión de su afición. Para Viñales, Le Mans es más que una pista:

“A las dos de la madrugada se te mueve el motorhome por las fiestas que se montan. Es un lugar increíble, no queda una plaza libre, todo está petado. Nos animan muchísimo”.

Paso a paso, sin estridencias

La temporada de Viñales no ha comenzado como él soñaba, pero sí como necesitaba. Sin presiones, sin promesas grandilocuentes. Paso a paso, entendiendo la moto, entendiendo sus límites y buscando ese momento en el que todo encaje. Le Mans puede ser un escenario clave. No para ganar. Pero sí para seguir construyendo.

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