Tras su caída en Jerez, Marc Márquez reconoce sus errores, elogia la temporada de su hermano Álex y analiza la solidez silenciosa de Bagnaia.
El paddock del circuito de Le Mans respira una calma tensa, la que anticipa un nuevo asalto en un Mundial que se está escribiendo a golpes de talento, caídas y redenciones. Entre esa calma, Marc Márquez camina con otro aire. Más sereno. El test de Jerez le ha dado el respiro que necesitaba tras el error del domingo andaluz, donde el suelo le recordó, una vez más, que la línea entre la confianza y el exceso de ambición es finísima.
Un error, pero con soluciones
Marc no rehúye el análisis. Habla claro. “El problema he sido yo”, reconoce sin rodeos. No busca excusas, ni culpa a la moto ni al entorno. Dos caídas en carrera, ambas los domingos —los días que más pesan—, han sido los únicos borrones en una temporada donde, paradójicamente, está cometiendo menos errores que nunca. “Están identificados. Hay que evitar esos errores el domingo, pero no puedo salir condicionado”, afirma con esa mezcla de autocrítica y determinación que lo ha hecho campeón.
El caso de Jerez fue ilustrativo: la caída llegó en la curva donde más fuerte se sentía. “Vi que iba demasiado rápido a la entrada, pero como había confianza, apreté un poco más en vez de irme largo… y pasó lo que pasó”, confiesa. Un exceso de fe en sus sensaciones. Ni más, ni menos. Puro Marc.
Álex, el líder que impresiona
Pero si algo sorprendió al #93 en Jerez, no fue su caída, sino el rendimiento de su hermano. “Lo de Álex me impresionó”, admite. “Después de dos palos el viernes, hizo un fin de semana increíble”. Marc no solo lo elogia, también lo pone por delante. “A día de hoy, Álex tiene un poquito más de posibilidades que yo. Está un punto por delante y va rapidísimo”. Por primera vez, Marc habla de su hermano como un rival real por el título. Sin paternalismos, sin condescendencia. Lo respeta, lo ve fuerte, y lo dice abiertamente: “Será un rival duro durante todo el año”.
Bagnaia, el silencioso
Tampoco olvida a Bagnaia, al que describe como “sólido y rápido”, aunque su presencia no sea tan estridente como otros años. “Sin hacer mucho ruido, está tercero del Mundial a 20 puntos de Álex”, recuerda. Pecco no lidera, pero está ahí, constante, fiel a su estilo de martillo.
Marc aún recuerda el adelantamiento a Bagnaia del año pasado, aunque lo relativiza: “Fue bueno, pero uno más. No lo tengo grabado porque no fue por una victoria. Más que mérito mío fue un error suyo: se centró tanto en Martín que no vio que venía yo”. Un resumen perfecto de cómo en MotoGP no basta con atacar: hay que saber cuándo y a quién.
La filosofía del riesgo de Marc Márquez
Sobre los rumores de permitir descartar resultados en el campeonato, Marc lo tiene claro: no. “Sería contraproducente para el espectáculo. Tiene que ganar el más completo”, sentencia. Porque gestionar el riesgo, sostiene, forma parte del ADN del motociclismo. “¿Ganaría el que más arriesga? Tal vez. Pero uno de los factores clave es saber cuándo hacerlo. Esa es la diferencia entre el piloto rápido y el piloto campeón”.
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