Marc Márquez dedicó más de 70 vueltas al nuevo carenado de la GP25 y la nueva aerodinámica.
El test colectivo de MotoGP en MotorLand Aragón tenía muchas expectativas puestas sobre Ducati y su nuevo paquete aerodinámico. Y, como casi siempre, todos los focos apuntaban a Marc Márquez. El ilerdense, líder del Mundial, fue el piloto encargado de probar durante todo el día la última evolución de la GP25: un carenado completamente rediseñado con el que la fábrica de Borgo Panigale busca marcar diferencias en la segunda mitad del campeonato. Pero las sensaciones no fueron tan revolucionarias como se esperaba.
“Nos hemos centrado todo el día en la nueva aerodinámica”, explicó Márquez tras dar más de 70 vueltas al trazado aragonés. “Creemos, sobre todo los ingenieros, que es el momento de homologar un nuevo paquete. Pero siempre que tocas el equilibrio de la moto con una nueva aerodinámica, todo cambia mucho”. Y ese cambio se notó desde la primera vuelta. A pesar de que el #93 consiguió marcar el mejor tiempo de la mañana —1:45.749, con la moto negra equipada con el nuevo paquete—, la falta de entusiasmo en sus gestos y palabras al acabar el día hablaban por sí solos.
Marc dejó claro que aún queda trabajo por delante: “Hemos logrado encontrar algo con lo que me encontraba cómodo, pero ahora falta analizar bien qué combinación de apéndices funciona mejor y decidir si se homologa ya o se espera al test de Misano. Aunque eso quizá sea demasiado tarde“.
Más pruebas en el box de Ducati
La clave, según Márquez, está en introducir el paquete progresivamente y comprobar su rendimiento en otras pistas: “Mientras ese riesgo te ofrezca la opción de volver atrás, no pasa nada. Hay que analizarlo bien. Hoy había mucha goma en pista y cada vez se rodaba más rápido, así que hay que tener cuidado con las conclusiones precipitadas“.
Por la tarde, curiosamente, su mejor vuelta llegó con la configuración actual de su moto. “Creo que por la tarde hice mi mejor tiempo con la aerodinámica actual”, reconoció. Un pequeño detalle que alimenta la duda sobre si el nuevo carenado está realmente listo para marcar diferencias, o si es simplemente un paso más en un proceso que aún no ha terminado de cuajar.
Lo cierto es que Marc no se cerró puertas. Tampoco las abrió de par en par. Probó, analizó, y como buen estratega, dejó el veredicto en el aire. Mientras tanto, Ducati sigue ajustando el puzzle aerodinámico con la esperanza de que el encaje perfecto llegue antes de que sea demasiado tarde.
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