Marc Márquez ha vuelto a arrasar. En Brno firmó otra lección magistral y agranda su leyenda con un nuevo doblete.
Marc Márquez ya no corre. Marc Márquez interpreta. En Brno no necesitó fuegos artificiales ni adelantamientos imposibles. Solo le bastó ser él mismo. En su quinto doblete consecutivo de la temporada, el #93 volvió a jugar al ajedrez sobre la pista. Paciencia, estrategia, instinto. Esperó su momento, adelantó con precisión quirúrgica y desapareció. Otra más. Otro doblete. Y ya van cinco.
Con 120 puntos de ventaja al frente del campeonato, Márquez empieza a ver de cerca su novena corona. Una que, si todo sigue así, llegará antes de lo previsto. “Ahora mismo solo puedo perderlo yo”, decía tras bajarse de la moto. Y no suena arrogante. Suena honesto.
El mejor Marc, con cabeza y con manos
“No sé si soy el mejor, pero me he reencontrado con el Marc de antes de la lesión”, confesaba. Y eso es justo lo que está marcando esta temporada. Márquez ha sumado madurez a su brutal talento. Se nota en su pilotaje, en su discurso, en su actitud. Sabe que tiene la mejor moto, pero también que hay que saber llevarla. Y él lo hace como nadie.
“He adaptado un estilo que me permite ir rápido con menos pulsaciones“, explicaba. La lesión le cambió. Y en lugar de forzar, ha aprendido a gestionar. Si se puede ganar fácil, se gana fácil. Y si hay que apretar, se aprieta. Así de simple. Así de difícil.
¿Dónde quiere ganar el título? “No voy a responder”
La pregunta era inevitable. ¿Le gustaría coronarse en Misano, en casa de Rossi? Con seis carreras de margen, sería casi una provocación poética. Pero Márquez, más templado que nunca, ni entró al trapo: “No voy a decir dónde quiero ganar el Mundial. Lo importante es estar preparado para cada domingo”.
Brno ha sido solo otro capítulo de su 2025 perfecta. Un circuito donde no dominó desde el principio, pero donde acabó imponiendo su ritmo. “Hoy no iba sobrado al principio. Ir detrás con esta aerodinámica es incómodo, pero tenía más ritmo y lo usé cuando tocaba”.
¿Rivales? Respeto sí, opciones pocas
Pese a todo, Márquez mantiene el respeto por sus adversarios. “Todos van rápido. Pero si logras que salgan a pista pensando que no tienen opciones, ya has ganado medio segundo por vuelta“, apuntaba con media sonrisa. Esa media sonrisa que ya es marca registrada del piloto más dominador del siglo XXI.
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