Marc Márquez bate el récord absoluto del trazado francés y se postula como favorito al triunfo, aunque avisa: “Toca ser prudente”.
Marc Márquez ha comenzado el Gran Premio de Francia como un martillo. Primero en el FP1 con más de medio segundo de ventaja sobre el resto y, por la tarde, pulverizando el récord absoluto de Le Mans con un brutal 1:29.855, el primer piloto en bajar del 1:30 en esta pista. Es la confirmación definitiva de que lo de Jerez fue un borrón en una hoja de ruta que está devolviendo al de Cervera al lugar que más le gusta: la cima.
“No tenía ninguna duda de que la velocidad la tenemos, la hemos mostrado toda la temporada”, aseguró Márquez tras bajarse de la moto, sereno pero consciente del potencial que está mostrando en esta primera parte del campeonato. “Hoy me he encontrado muy bien, cómodo. Pero es viernes, precaución y prudencia al máximo, porque mañana y domingo es cuando se reparten los puntos”, recordó, citando sin necesidad los episodios de Austin y Jerez, donde sendas caídas le privaron de la victoria.
Y es que si algo ha quedado claro en estas seis primeras rondas del Mundial es que el principal rival de Marc Márquez no lleva otro dorsal. El mayor enemigo del #93 es él mismo, su ambición, su ímpetu y esa línea tan fina entre la genialidad y el error que ha cruzado dos domingos. Cuando termina las carreras, gana. Y cuando no, suele ser por el suelo.
La amenaza de lluvia para el domingo podría alterar los planes, pero ni eso inquieta a un Marc más maduro y centrado.
“No me preocupa nada. En agua también me encuentro cómodo. Evidentemente, cuando vas bien en seco prefieres que sea en seco, porque eres rápido. Pero si llueve, habrá agua para todos. No hay que darle más vueltas”.
El principal favorito para la victoria
El primer objetivo, eso sí, sigue siendo la clasificación del sábado: “Ahora lo primero es estar en la primera fila de la parrilla. Ese es el primer objetivo del fin de semana”. Una primera fila que no será fácil, visto el rendimiento de sus principales rivales. Quartararo, ante su afición y en su mejor momento del año, se quedó a solo 0.177, mientras que Pecco Bagnaia parece haber hecho clic con la GP25 y terminó tercero. Álex Márquez, el líder del Mundial, cerró el día en quinta posición.
Para Marc, el rival más peligroso es claro: “Pecco, sin duda. Cuando hace un viernes bueno, significa que está ahí. Quartararo corre en casa y no tiene nada que perder, puede arriesgar. Viñales está muy fuerte con goma usada. Y mi hermano Álex, que es el líder del campeonato, también va a estar”.
“No me siento extremadamente rápido, pero los tiempos son muy rápidos. Me tengo que marcar el límite más por los tiempos que por las sensaciones”
Con todo, Márquez no se engaña: el foco tiene que estar en él mismo. “No puedes esperar ser muy superior. Aquí todos son buenos y si te despistas, cualquiera te puede ganar. Tengo que mantener la tensión de siempre, pilotar al máximo pero con prudencia”. Le Mans ha hablado, y Marc Márquez ha gritado más alto que nadie. Ahora toca lo más difícil: rematar el trabajo el domingo. Y esta vez, sin errores.
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