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Marc MárquezFoto: Jose Carlos Jiménez - Piel de Asfalto

Marc Márquez lideró el primer libre del GP de Francia con un ritmo demoledor y sin cambiar gomas; Bagnaia mejora y Raúl Fernández sufrió una caída con incendio incluido.

Marc Márquez ha comenzado el Gran Premio de Francia como sólo él sabe: dejando claro que quiere pelea. El octocampeón no solo marcó el mejor tiempo en la primera sesión libre de MotoGP, sino que lo hizo con una superioridad aplastante: medio segundo de ventaja respecto al segundo clasificado… y con neumáticos muy usados. Un mensaje directo a sus rivales y, quizás, también a Ducati.

En un circuito de Le Mans con el asfalto a 24 grados y el ambiente fresco (16ºC), el sol se asomaba con timidez mientras los pilotos salían a pista con la combinación habitual: blanda delante y media detrás. Desde el principio, Marc Márquez se mostró cómodo y agresivo. Su hermano Álex llegó a quitarle el liderato momentáneamente, pero el mayor de los Márquez respondió de inmediato y volvió a colocarse al frente.

El ritmo del #93 impresionó por la constancia y el desgaste de su goma trasera. Con 21 vueltas sobre los mismos neumáticos, logró bajar del 1:31, en una pista donde el agarre no era el mejor y las caídas estuvieron al orden del día. Su rendimiento fue una auténtica declaración de intenciones. Marc no está aquí para observar: quiere ganar.

Bagnaia mejora, Álex firme, y Yamaha da pasos pequeños

Pecco Bagnaia también mostró buenas sensaciones desde el inicio. A diferencia de otros viernes donde le costaba entrar en ritmo, el vigente campeón se colocó rápidamente entre los mejores. Las mejoras probadas en el test de Jerez parecen haber surtido efecto, y su presencia en los puestos de cabeza es constante.

Álex Márquez también firmó una gran sesión. Terminó a seis décimas de su hermano, pero con buen ritmo y sin errores, confirmando su buen feeling con la Ducati satélite. Brad Binder fue el único capaz de acercarse a Marc tras montar goma nueva al final de la sesión. El sudafricano terminó segundo, a medio segundo del líder.

Pedro Acosta, por su parte, tuvo una sesión discreta. Se fue largo en su última vuelta y no pudo marcar un crono representativo, aunque confirmó estar bien físicamente tras la reciente operación del síndrome compartimental. El doctor Ángel Charte le revisó al finalizar y el murciano dio el visto bueno.

Caídas, ausencias y problemas físicos

La sesión estuvo marcada por varios incidentes. El más llamativo fue el de Raúl Fernández, que se fue al suelo en la curva 10 al poco de empezar. Su Aprilia del Trackhouse incluso sufrió un pequeño incendio, aunque el madrileño salió ileso y corrió de inmediato al box. Franky Morbidelli también se cayó, esta vez en la curva 8, al tocar el piano. El italiano arrastra molestias cervicales, pero pudo continuar sin mayores complicaciones.

Álex Rins protagonizó otra caída a cinco minutos del final, en la curva 3. Sin consecuencias físicas, pero un susto más para una Yamaha que aún busca identidad. La marca de Iwata estrenó en Le Mans su nuevo motor, ya probado en Jerez, que aporta algo más de potencia en quinta y sexta sin aumentar la agresividad de la M1. Fabio Quartararo lo definió como un “pequeño paso adelante”, aunque en Yamaha cada milímetro cuenta.

En cuanto a ausencias, no estuvieron ni Jorge Martín —reemplazado por Lorenzo Savadori con la Aprilia oficial— ni Somkiat Chantra, operado del síndrome compartimental en su brazo derecho. Takaaki Nakagami compite como wild card con Honda, en un fin de semana donde los japoneses intentan aprovechar las concesiones para avanzar.

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