Dazn ha compartido las primeras sensaciones del piloto catalán tras subirse por primera vez a la Ducati del equipo Gresini.
Apenas han pasado dos meses desde que Marc Márquez hiciese oficial su salida de Honda, uno desde que se subiese por primera vez a la Ducati del equipo Gresini y dos días desde que se materializase lo que, sin duda, es el movimiento del año. El pasado 28 de noviembre, en el primer test de pretemporada en el circuito Ricardo Tormo de Valencia, el catalán ya dejó las primeras pinceladas de una unión que promete traer muchas alegrías. Entonces, por contrato con su entonces equipo -el Repsol Honda-, el que fue el protagonista absoluto del primer día del nuevo curso no podía hablar. Y ahora, semanas más tarde, y siendo ya piloto oficial de Gresini, DAZN ha compartido lo que fueron las primeras palabras del octacampeón tras subirse por primera vez a la Ducati.
“Estaba nervioso y había mariposas en el estómago. Aunque lleve muchos años en el Mundial, era un gran cambio. Pero después me quedé tranquilo, relajado. Hice el día tranquilo, relajado, tratando de entenderme con mi nuevo equipo técnico y con mi nueva moto“, comenzaba explicando el piloto de Cervera. “Al final saltas a la moto campeona, así que está en tus manos. El primero fue un día de adaptación a las posiciones. Fuimos cambiando cositas, porque en algunas no me encuentro del todo cómodo, pero la velocidad estaba ahí“, añade en referencia a unas primeras sensaciones que le permitieron lograr el cuarto mejor tiempo de la jornada.
Un estreno a lo grande
Después de unos años complicados en Honda, la llegada de Márquez a Ducati es precisamente la vía de escape que el catalán necesitaba para continuar luchando por buenos resultados. La primera toma de contacto fue mejor de lo esperado. “Entendía la moto y cómo gestionar las cosas. Aún me queda mucho por aprender, quizá no para ir más rápido, sino para ser más constante e ir mucho más seguro“, confiesa. Aunque prefiere no hacer comparaciones. “No me gusta comparar las motos y menos en público. Es una moto diferente, con un estilo de pilotaje diferente. Saltas a la moto campeona y está en tus manos, porque hay muchos pilotos que van rápido con ella“.
A pesar de ello, el catalán espera con ansias el primer Gran Premio de la temporada en Qatar donde, por primera vez, se pondrán todas las cartas sobre la mesa y donde verdaderamente se podrá entender el potencial de la dupla Márquez-Ducati. “Me he podido adaptar más rápido de lo esperado porque enseguida me he encontrado muy bien. Hay mucho ‘feeling’ y el tiempo salía sin buscarlo exageradamente. En el test, al final del día pudimos poner nuevos neumáticos blandos y también me encontraba bien”, confiesa.
Mientras tanto, solo queda trabajar para llegar lo más preparado posible al que, sin duda, será uno de los momentos más importantes de la última década en MotoGP. “Hay cosas que entender a nivel de posiciones y de comunicación con el equipo. Es lógico porque vengo de once años trabajando con el mismo grupo, pero me han recibido muy bien. Es todo muy agradable y esto ayuda a estar más relajado“, concluye.
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