Paolo Campinoti, dueño del Prima Pramac, ha confesado como están viviendo el paso de ser campeones a empezar una nueva era de la mano de Yamaha.
“Pramac no es una opción”, esa fue la frase lapidaria que sirvió de órdago a Ducati para acabar desencadenando el fichaje de Marc Márquez. El octacampeón tenía la oportunidad de haber vestido los colores de Pramac con una moto similar a la campeona del mundo y los de Borgo Panigale la oportunidad perfecta de mantener a dos de los mejores pilotos de la parrilla: Marc Márquez y Jorge Martín. Pero no acabó sucediendo porque el octacampeón tenia muy claro los pasos necesarios para culminar el plan que comenzó con su salida del Repsol Honda y que terminará este año pilotando la mejor moto de la parrilla.
El resultado del órdago fue el fichaje de Márquez por la escudería italiana, la salida de Martín dirección a Aprilia y el adiós de Pramac para comenzar una nueva andadura de la mano de Yamaha. Ahora, el equipo liderado por Paolo Campinoti tiene el reto de conseguir lo impensable con la marca de los diapasones. “Es un reto grande, bonito. Espero un periodo corto-medio y que los resultados lleguen antes de lo previsto. Ya se han visto algunas señales. Una marca como Yamaha, que siempre ha sido la referencia, no puede aceptar un papel secundario. Harán todo lo posible para volver a lo más alto. Y nosotros con ellos. Con Ducati fui parte de un proyecto: cogía a los pilotos más jóvenes para hacerlos crecer. De ser un punto de referencia para Ducati había pasado a ser uno más entre muchos. Con Yamaha hemos recuperado el hecho de volver a ser el centro“, revelaba el italiano en una entrevista a ‘Il Corriere della Sera’.
De campeones a luchadores
Hace apenas unos meses, el box del Prima Pramac era una fiesta con la celebración de su primer título de campeones del mundo de la mano de Jorge Martín, el gran ausente en el inicio de la presente temporada. “Jorge es un chico de oro, tenemos una relación especial. Está teniendo un año muy desafortunado, todo lo que puede salir mal le sale mal. Es mala suerte. Los pilotos están acostumbrados a caerse y normalmente no se hacen daño. Esta vez en dos vuelos se rompió una mano, un pie… Se perderá dos grandes premios más”, reconocía haciendo referencia a la cuádruple fractura de la que el madrileño se encuentra recuperándose.
Además de su piloto estrella, el equipo italiano ha tenido que lidiar este año con la perdida del gurú de la parrilla de la categoría reina, Gigi Dall’Igna. “Siempre me siento como si sin Gigi Dall’Igna me faltara un familiar o un amigo, pero somos profesionales y ellos también lo aceptarán como yo. Sin embargo, los años y años que pasamos juntos dejan huella. Decir adiós como campeones puede ser difícil, pero también más fácil si crees que has completado un camino”, lanza.
Un fichaje convulso
Precisamente el ingeniero estrella de la categoría reina fue el principal culpable del fichaje de Marc Márquez por el equipo de fábrica de los de Borgo Panigale. “Gigi es un genio. Se sintió gratificado por tener al piloto más fuerte de los últimos años. Marc se lo cuestionó todo por él, se rindió después de un cortejo muy largo. Gigi es un ingeniero un poco ‘playboy’. Yo no habría tomado esta decisión, pero lo entiendo. Esta elección también me hizo inclinarme por Yamaha”, confesó.
Y reconoce que no todo es un campo de rosas dentro del box del Ducati Lenovo. “Es una guerra fría, se necesita alguien que la resuelva. La última persona que Valentino querría ver ganar es Marc Márquez. Esto puede influir un poco en el ambiente, sobre la tranquilidad general, pero es normal, es una herida abierta“, opina.
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