Marc Márquez finalizó segundo en una caótica carrera en Le Mans marcada por la lluvia, cumple una doble penalización y amplía su ventaja en el campeonato tras las caídas de Bagnaia y Álex Márquez.
Marc Márquez volvió a demostrar por qué es uno de los pilotos más inteligentes y calculadores del paddock. En medio de una de las carreras más caóticas de los últimos tiempos, disputada este domingo en Le Mans bajo la amenaza y presencia constante de la lluvia, el piloto de Ducati supo interpretar cada momento con frialdad para terminar segundo y ampliar su ventaja al frente del Mundial de MotoGP 2025.
El nuevo procedimiento de salida, estrenado precisamente en Francia, dejó una escena insólita: más de la mitad de la parrilla entrando a boxes en la vuelta de calentamiento para cambiar de neumáticos. Esa decisión obligaba a cumplir una doble long lap penalty, una sanción que Márquez aceptó al cambiar por segunda vez su moto al ver que la lluvia era ya intensa. Mientras tanto, Johann Zarco, que mantuvo la elección de neumáticos de lluvia desde el inicio, tomaba el liderato y lo convertiría en su primera victoria en MotoGP.
A pesar de perder tiempo con la sanción y los cambios de moto, Márquez logró remontar y minimizar daños. Su segundo puesto final, unido a las caídas de su hermano Álex Márquez y de Pecco Bagnaia, se traduce en un botín muy valioso: 22 puntos de ventaja sobre su hermano en la clasificación general y 51 respecto al vigente campeón.
Una carrera loca
“Había un momento en que no sabía ni en qué posición iba”, confesó tras la carrera, reflejando el desconcierto general vivido en pista. Pero también reconoció que, tras los errores en Austin y Jerez —donde se cayó cuando era favorito—, esta vez optó por una estrategia más conservadora.
“Hoy era un día de esos en los que se podía gastar un comodín, pero yo los gasté en Jerez y Austin. Normalmente soy yo el que inventa, hoy me limité a minimizar riesgos”.
Una de las claves de su actuación fue observar de cerca a su hermano Álex, segundo en la tabla antes de comenzar la prueba. En la vuelta de formación, Marc se fijó en su movimiento para decidir su estrategia: “El único momento en que he dudado ha sido en la vuelta de formación de parrilla. Allí he esperado a ver qué hacía Álex. Una vez en carrera, siempre les tenía a la vista, controlados”. Lejos de las maniobras arriesgadas que solían definirle, el Marc Márquez de Le Mans fue táctico y cerebral. Un resultado de campeón en un domingo de locura.
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