El asturiano vuelve a brillar en una jornada marcada por las limitaciones del AMR25 y la amenaza creciente de Haas y Sauber en la lucha por el séptimo puesto.
No había demasiado que descubrir este viernes en Yas Marina Circuit, pero Fernando Alonso volvió a confirmar sobre el asfalto lo que lleva semanas verbalizando: quiere cerrar cuanto antes una etapa marcada por un monoplaza que se le atraganta en cada curva. Abu Dhabi no ofreció ninguna excepción. El AMR25 volvió a mostrarse subvirador, difícil de equilibrar y sin apenas margen de maniobra, una constante que ha acompañado al equipo durante buena parte del año.
A ello se sumó una circunstancia que no ayudó a preparar la jornada: ni Alonso ni Lance Stroll pudieron disputar los Libres 1, obligados por normativa a ceder sus coches a los debutantes Cian Shields y Jak Crawford. Con solo una sesión real de rodaje por delante, el margen de trabajo era mínimo. Aun así, el bicampeón volvió a hacer lo que tantos años lleva convirtiendo en rutina: sacar petróleo de una piedra.
🔧 Un coche difícil, un problema repetido
Tras bajarse del coche, Alonso resumió con claridad quirúrgica la fotografía del día:
“Un circuito complicado para encontrar el balance del coche”, explicó. “Velocidades de paso por curva muy diferentes en el primer sector y en el último. La zona del hotel es siempre muy lenta y difícil de negociar… Intentemos encontrar algo más, especialmente agarre delantero para mañana”.
La falta de agarre en el eje delantero, el principal talón de Aquiles del Aston Martin en 2025, volvió a condicionar toda la sesión. El coche no responde en las zonas lentas, castiga en las enlazadas largas y obliga al piloto a convivir con correcciones constantes. Y sin referencias previas por la ausencia en la FP1, la dificultad fue aún mayor.
🧠 Sin milagros… pero con oficio
En Aston Martin ya llegaron a Yas Marina con los pies en el suelo. El equipo se juega el séptimo puesto del Mundial de Constructores con Haas y Sauber, dos rivales que este viernes mostraron un ritmo inquietante. Ambos Sauber se metieron en el Top 10, mientras que Oliver Bearman sorprendió con una espectacular cuarta posición con el Haas. Un escenario que no invita precisamente al optimismo en Silverstone.
Lejos de buscar excusas por haber cedido su coche en la FP1, Alonso fue tajante:
“Hicieron un muy buen trabajo. Obtuvimos todos los datos que queríamos. No faltó gran cosa”, afirmó, dejando claro que los debutantes cumplieron y que el problema no está en la preparación, sino en el propio rendimiento del coche.
🏎️ Noveno puesto: un pequeño milagro personal
Y con todo ese contexto encima, Alonso volvió a marcar diferencias. En su segundo intento con neumáticos blandos —una oportunidad que pocos pudieron aprovechar por tráfico y temperaturas—, colocó el Aston Martin en novena posición. Un resultado que, sobre el papel, puede parecer modesto, pero que dentro del equipo se interpreta casi como un pequeño triunfo.
Porque el propio Fernando no se engaña: “Carrera número 24 del campeonato, sabemos dónde estamos. Difícil estar en los puntos, creo, pero siempre lo intentamos”.
Es la radiografía perfecta de su 2025. Un año de resistencia, de remar contra corriente, de extraer décimas donde no existen. El coche lleva meses pidiendo agua. Alonso, en cambio, sigue empujando como si cada sábado aún quedara algo grande en juego.
Y quizá, precisamente por eso, su figura vuelve a agrandarse cuando el vehículo ya no acompaña. Abu Dhabi no es una despedida soñada para el AMR25… pero sí otro ejemplo más del piloto que se niega a rendirse.
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