El francés terminó cuarto en una carrera marcada por las caídas, pero reconoce que el resultado no refleja el verdadero estado de Yamaha en MotoGP.
Fabio Quartararo volvió a mostrar su temple este domingo en el Gran Premio de Alemania, pero lo hizo con una honestidad cruda que resume su presente: una Yamaha que no está a la altura de su ambición. A pesar de salir desde la sexta posición en parrilla —heredada por la ausencia de Franco Morbidelli— y de haber conseguido subir al podio el sábado en una carrera sprint pasada por agua, el piloto francés fue muy claro tras cruzar la meta en cuarta posición en Sachsenring: el resultado no refleja la realidad de su situación.
En una prueba larga en la que tan solo diez pilotos vieron la bandera a cuadros, el ‘Diablo’ se mantuvo firme, sin cometer errores, pero también sin capacidad para atacar. En la salida no ganó puestos y, de hecho, llegó a perder algunos frente a rivales como Pecco Bagnaia o Fabio Di Giannantonio. Solo el caos en pista —con caídas de Pedro Acosta, Marco Bezzecchi y el propio Di Giannantonio— le permitió escalar hasta una cuarta plaza que terminó defendiendo con uñas y dientes ante la presión de la Ducati de Fermín Aldeguer, que cruzó la meta a menos de dos décimas.
😞 Un resultado irreal
Quartararo no se dejó llevar por la posición final y valoró con franqueza lo que había ocurrido:
“No fue una buena carrera; no tuvimos las sensaciones que deberíamos tener. Al final, la cuarta plaza no es realista y somos conscientes de que estamos muy lejos”, explicó en declaraciones a DAZN.
Ya ante las cámaras de Canal+ Francia, el francés fue incluso más contundente:
“Son los 18 segundos, pero sobre todo es el hecho de que cuatro pilotos se cayeron yendo delante de nosotros… No es un resultado realista. No somos capaces de luchar contra nadie”.
La falta de sensaciones fue un problema constante de principio a fin:
“No cometí ningún error, pero aún así acabé a 18 segundos del liderato, lo que demuestra lo lejos que estamos. No he tenido nada de feeling desde la primera hasta la última vuelta. Así que definitivamente es frustrante. No puedo disfrutar de la moto. Estamos trabajando, pero no hay resultados. Es muy difícil”.
El balance es claro: Quartararo no se engaña. Sabe que Yamaha no le da herramientas para pelear con los de arriba, y aunque la posición final pueda parecer positiva en el papel, el fondo es preocupante. La fábrica de Iwata sigue lejos del podio en condiciones normales, y ni siquiera un domingo con tantas bajas logró maquillar del todo esa realidad.
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