Fabio Quartararo vive un calvario en el GP de Italia 2025: fuera de los puntos en la sprint, 14º en la carrera larga y críticas directas a Yamaha por el pobre rendimiento de la M1 bajo condiciones extremas.
Fabio Quartararo afrontaba el GP de Italia 2025 con la certeza de que sería un fin de semana complicado, y así lo demostró la pista. Pese a clasificarse en una prometedora cuarta posición, el francés terminó fuera de los puntos en la sprint race del sábado, cayendo hasta el décimo puesto en tan solo 11 vueltas. Ya entonces dejó entrever que la situación era crítica, pero la carrera larga del domingo fue aún más preocupante: finalizó 14º y a punto estuvo de quedarse fuera del Top 15 que otorga puntos.
El ‘Diablo’ desapareció de los puestos de cabeza desde los primeros giros, evidenciando graves dificultades con su Yamaha M1. Solo logró superar a pilotos claramente fuera de ritmo: su compañero Álex Rins, el sustituto Takaaki Nakagami, Lorenzo Savadori y Somkiat Chantra, quien acumula uno de los peores rendimientos del año.
Tras cruzar la línea de meta, Quartararo no escondió su frustración. Aunque arrastraba una leve luxación de hombro desde el viernes, dejó claro que el problema no fue físico, sino técnico. “El hombro no fue lo peor, sino las sensaciones con la moto. Es muy pesada, difícil de predecir… un desastre”, declaró con rotundidad.
Una pista muy física
El francés explicó que cuando hay poco agarre, como sucedió en Mugello con temperaturas superiores a 50 ºC en pista, la Yamaha se vuelve extremadamente exigente: “En los cambios de dirección, físicamente es muy complicada. En las últimas seis vueltas estaba destruido”.
Lo más llamativo es el contraste entre su rendimiento en clasificación y en carrera. Quartararo venía de encadenar tres poles consecutivas en Jerez, Le Mans y Silverstone, pero reconoce que ese ritmo no se traduce en los domingos: “Está bien hacer poles, pero el potencial real de nuestra moto en carrera no da para estar entre los cinco primeros”.
Un Quartararo abatido
Quartararo se mostró especialmente abatido por la diferencia de ritmo entre la cronometrada y la carrera, y por cómo Yamaha sigue sin encontrar una solución a sus problemas con calor o bajo grip. “Cuando las condiciones se complican, desaparecemos. Detrás de nosotros solo había un novato y dos probadores”, lamentó.
Para el piloto francés, lo vivido en Mugello fue un duro golpe. Esperaba sufrir, sí, pero no de forma tan dramática: “Sabía que no iba a ser fácil, pero no imaginaba estar tan lejos en ritmo. Esto es más que decepcionante”, concluyó.
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