MotoGP vive una época de transición donde los denominados “amiguismos” se han convertido en el centro de varias críticas.
Desde la retirada de los cuatro fantásticos- Casey Stoner, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y Valentino Rossi-, MotoGP vive una nueva era, en todos los sentidos. La llegada de la aerodinámica ha cambiado las carreras tal y como se conocían, menos adelantamientos y emoción serían los adjetivos que las describen. Pero también el carácter de los pilotos que conforman la parrilla de la categoría reina. Desde hace algunos años, miles han sido las criticas hacía los denominados “amiguismos” que viven los pilotos dentro y fuera de los circuitos y que señalan como el centro de los problemas de que haya carreras más aburridas y menos emocionantes.
Rivalidades de antaño
“En la Fórmula 1 había muchos egoístas, pienso en Lauda, Senna, Prost, Mansell y Berger. En la época de Rossi era similar. Hoy en MotoGP todos los rivales son amigos, se abrazan en el parque cerrado. La única excepción es Marc Márquez, que rara vez acude a un piloto para que le perdone después de haber tirado a un rival. Sólo Jack Miller abre la boca a veces, pero también es bastante reservado“, reconoce Heinz Kinigadner, consultor de KTM y campeón del mundo de motocross de 250 cc en 1984 y 1985 al medio alemán Speedweek.com.
Lo cierto es que de las míticas rivalidades entre Valentino Rossi y Jorge Lorenzo que llevó a Yamaha a tener que poner un muro entre sus boxes, o la eterna rivalidad entre el balear y Dani Pedrosa en la que tuvo que intervenir hasta el Rey Juan Carlos, poco queda en la actualidad. No es raro ver a pilotos conversar en el paddock el jueves antes del inicio del Gran Premio o en celebraciones. “Quartararo no habla con Bagnaia de la manera que yo lo hacía con Rossi. Pecco no habla con Martín como Valentino lo hacía con Stoner”, expresaba hace unos meses Jorge Lorenzo.
Quizá es porque su lugar de residencia está a escasos metros o porque las nuevas generaciones son participes de un deporte en el que las rivalidades no van casadas con la mala relación. Lo que es una realidad es que, desde hace años, MotoGP vive una nueva era, una etapa en la que, por el momento, reina la deportividad y relación sana.
Foto: MotoGP
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