Pecco Bagnaia admite que la Ducati GP25 ya no se adapta a su estilo de pilotaje y da un paso clave al cambiar su enfoque.
Después de meses de dudas, frustración y búsqueda constante, Pecco Bagnaia ha dado el paso que tanto él como Ducati necesitaban: aceptar que la GP25 ya no es esa moto moldeada a su estilo con la que dominó en 2024. El piloto italiano, bicampeón del mundo y actual número 3 en la clasificación, ha hecho clic. Ha cambiado el chip. Y en Le Mans, ese ajuste mental parece haber dado sus primeros frutos.
Tercero en la tabla de tiempos tras la primera jornada en Francia, a menos de dos décimas del mejor registro de Marc Márquez, Bagnaia no solo mostró ritmo; mostró una nueva actitud. La de alguien que, tras resistirse durante cinco grandes premios, ha comprendido que la solución ya no está en la moto, sino en él mismo.
“Finalmente, tras seis grandes premios, entendí que aquello que le pedía a esta moto ya no me lo puede dar. Tengo que encontrar el rendimiento de otras formas”, confesó con una mezcla de alivio y resignación.
Durante el arranque del Mundial, el italiano se ha empeñado en replicar el pilotaje que lo llevó a conquistar once victorias la temporada pasada: frenadas fuertes, estabilidad en la entrada de curva y un control quirúrgico de la Desmosedici. Pero la GP25, pese a ser su evolución natural, no responde igual. “Lo hemos probado todo para frenar con más estabilidad. Al final he tenido que adaptarme yo. No tengo confianza aún, no me sale natural, pero es lo que hay”, reconocía con franqueza.
Un punto importante
Bagnaia suena satisfecho con su esfuerzo y el de su equipo, aunque no esconde cierta tristeza por la moto que ya no está. Y aunque algunos ya especulan con la posibilidad de volver a la GP24 —la moto con la que Jorge Martín, por ejemplo, rindió a un altísimo nivel—, Pecco lo descarta de plano: “No creo que fuera una buena idea”.
“Es una pena no poder explotar como antes la frenada. Llevo pilotando así desde 2020. Cambiarlo no es fácil, pero toca aceptarlo”, explicó.
A pesar de su irregularidad, el turinés llega a la sexta prueba del campeonato en tercera posición, a 20 puntos del sorprendente líder, Álex Márquez, y a 19 de su compañero de box, Marc. Su única victoria de la temporada, en Austin, llegó tras la caída del #93, que dominaba la prueba con comodidad. Bagnaia no lo olvida: “Gané porque el que iba más rápido ya no estaba en pista. Estaré contento de verdad cuando pueda ganar al más rápido, que ahora mismo es Marc”.
Consciente de que aún le queda trabajo por delante, Bagnaia al menos ha roto con la inercia. Ha aceptado que la GP25 exige algo distinto. Y en un Mundial tan competitivo, ese ejercicio de humildad y adaptación puede marcar la diferencia. El verdadero Pecco puede estar de vuelta. Solo que esta vez, con un estilo nuevo. Y quizás, con un punto más de madurez.
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