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Foto: Jose Carlos Jiménez (Piel de Asfalto)

El catalán fue una de las grandes estrellas de la carrera de campeones de Ducati el pasado fin de semana en Misano.

Este fin de semana, el circuito de Misano Marco Simoncelli se vistió completamente de rojo para acoger una nueva edición de la siempre especial carrera de campeones de Ducati. Prácticamente todos los pilotos de los de Borgo Panigale, tanto de MotoGP como de SBK, se reunieron en el trazado italiano para disputar una de las carreras más especiales para la escudería italiana y esta vez, entre ellos estaba ni más ni menos que Marc Márquez, el recién llegado a la marca y la futura estrella del equipo oficial de la categoría reina.

Y precisamente el catalán era de alguna manera una de las estrellas del evento, primero por su legado en el motociclismo y segundo porque esta carrera llega apenas unas semanas después de conocerse que el octacampeón era el elegido por Ducati para formar dupla con Pecco Bagnaia en el equipo oficial en 2025. Un anuncio que además de dejar todo tipo de comentarios también dejó más de una crítica de parte de la afición por un asiento que tenía dos compradores, el suyo y el de Jorge Martín.

“Los pilotos son hombres y los hombres no se eligen sólo por los números. Hay muchas cosas que hay que tener en cuenta cuando uno elige a un piloto para hacer un trabajo importante. Es cierto que Marc hace grandes cosas sobre la moto y tengo curiosidad por verle el año que viene con la moto de fábrica. Creo que hemos tomado la decisión correcta al apostar por él”, confesaba hace apenas unos días Gigi Dall’Igna -el culpable del fichaje-, a la Gazzetta dello Sport.

Un fichaje cuestionado

Sobre este tema, Marc Márquez también en una entrevista a la Gazzetta dello Sport lanzaba su propio mensaje: “¿Se merecía Martín la moto? Puede ser. ¿Me la merecía? Puede ser. Pero me han dado esta oportunidad y tengo que aprovecharla”, confesaba. Porque si hay algo que caracteriza al octacampeón es su sed incansable por seguir sumando títulos a su extenso palmarés y para eso hace falta una moto competitiva. “La Desmosedici será la moto a batir durante muchos años, espero quedarme mucho tiempo. El objetivo es divertirse y aprovechar la oportunidad. Ya he ganado mucho e intentaré ganar más. Si estoy feliz, puedo quedarme aquí muchos años”, añadía.

Y recalca su deseo final, seguir disfrutando encima de la moto, entonces así los resultados llegarán.  Por mi carácter doy emociones en pista y siempre doy el 100%. Ya sea por un quinto puesto o por un segundo“, expresaba. Ganar es el objetivo, tanto de Ducati como de Marc Márquez, cumplirlo un simple destino.

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