Fabio Quartararo roza el podio en el sábado de Qatar, pero la Yamaha lo condena en la carrera larga.
Durante unas horas, Fabio Quartararo hizo soñar a Yamaha con la resurrección. El francés clasificó tercero en el Gran Premio de Qatar 2025, devolviendo a la marca japonesa a la primera fila de parrilla por primera vez desde Assen 2022. Su tercer puesto en la clasificación fue una bocanada de aire para un equipo que lleva dos temporadas sobreviviendo a base de talento… y mucha paciencia.
Pero el espejismo duró poco. El domingo, en la carrera larga, la Yamaha M1 volvió a mostrar sus carencias más conocidas: falta de agarre, escasa aceleración y mucho wheelie. Quartararo perdió tres posiciones en la primera vuelta y ya no tuvo herramientas para remontar. Acabó séptimo -tras la sanción de Maverick Viñales-, (octavo en pista), muy lejos del podio, y con un mensaje claro: “Sin agarre, estamos muertos. No puedo hacer nada más”, confesaba al francés en los medios presentes en el circuito.
🧱 Una moto que no deja pelear
Quartararo explicó tras la carrera que su moto solo es efectiva en frenada, pero que en paso por curva y aceleración sigue en clara desventaja frente a Ducati, KTM o Aprilia. “En cuanto se pierde agarre, nuestra moto se vuelve imposible. Me adelantaron tres pilotos en la primera vuelta y me quedé atrapado. Ni siquiera puedo preparar adelantamientos, solo soy fuerte frenando con la moto recta”, declaró visiblemente frustrado. La realidad es tozuda: Yamaha ha mejorado en clasificación, pero sigue lejos en ritmo de carrera, y eso en MotoGP actual se paga muy caro.
El #20 reveló que Yamaha no tiene previsto introducir mejoras sustanciales en el próximo test de Jerez. Las verdaderas novedades llegarán después de Le Mans, probablemente en un test privado en Italia. Hasta entonces, Quartararo se ve obligado a resistir como puede: “Sé que están trabajando, pero ahora mismo necesitamos algo ya. No tenemos potencia, no tenemos agarre, y el wheelie nos mata”. El francés, que aún no ha renovado para 2026, está usando cada carrera como termómetro para medir la evolución real de un proyecto que se ha quedado atrás en la revolución técnica del campeonato.
🔧 Sin soluciones a corto plazo
El tercer puesto en la sprint no deja de ser un dato positivo. Quartararo sigue siendo uno de los pilotos más consistentes cuando tiene algo entre manos, y Yamaha puede presumir, de momento, de ser la única japonesa que ha pisado el podio esta temporada. Pero si no se solucionan pronto los problemas estructurales de la M1, esa alegría quedará en anécdota. Quartararo lo sabe. Yamaha lo sabe. Y el reloj no se detiene.
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