Carlos Sainz afronta con optimismo el GP más impredecible del calendario, convencido de que la doble parada obligatoria puede darle una oportunidad al volante del competitivo Williams FW47.
Carlos Sainz llega a Mónaco con la mirada puesta en un fin de semana diferente. El piloto español, que ha mostrado un rendimiento sólido en las dos últimas citas del calendario en Ímola y Miami, quiere por fin rematar el trabajo con un gran resultado. Y si hay un lugar donde las sorpresas son posibles, ese es Montecarlo.
Este año, el Gran Premio monegasco añade un factor inesperado: la obligación de realizar dos paradas en boxes o montar tres compuestos distintos. Una norma que puede alterar el desarrollo clásico del evento más estrecho y estratégico de la Fórmula 1. “Esto añade un elemento de lotería que antes no estaba tan presente”, explica Sainz. “Salir desde la pole ya no te garantiza controlar la carrera. Con dos paradas, el líder tiene más riesgo de perder. En cambio, los que salen más atrás pueden tener más opciones”.
El madrileño cree que su Williams tiene argumentos para estar, al menos, en Q3. El FW47 se ha mostrado competitivo a una vuelta, algo que Sainz ha sabido exprimir bien en sus últimas actuaciones: “La clasificación está siendo uno de nuestros puntos fuertes. Vamos a intentar mantener ese rendimiento, aunque Mónaco es un circuito muy particular”.
Sobre su capacidad de pelear con coches de la zona alta, como Ferrari, Sainz es realista: “Depende más de ellos. Nosotros solemos estar entre tres y cinco décimas de la pole. Ferrari a veces está muy cerca y otras veces tiene problemas. Lo bueno es que nosotros somos bastante consistentes, mientras otros sufren más con estos neumáticos tan delicados en clasificación”.
El piloto también reflexionó sobre la estrategia fallida en Emilia Romaña, donde una parada temprana le hizo perder posiciones clave. “Soy partidario de aplicar la misma estrategia con los dos coches. A veces es tentador arriesgar con uno de ellos, pero cuando se cometen errores así, a nivel de comunicación, se pierden muchos puntos. Lo importante es que el ritmo está ahí, y eso me deja tranquilo”.
Fuera de la pista, Sainz también asistió esta semana al preestreno de ‘F1’, la esperada película protagonizada por Brad Pitt. Aunque reconoce que a los más puristas puede parecerles demasiado “Hollywood“, el madrileño valora su potencial: “Puede enganchar a mucha gente nueva. Igual que pasó con el efecto Netflix”.
Con el monoplaza funcionando, las lecciones aprendidas y un circuito que premia la precisión, Carlos Sainz se prepara para un fin de semana donde cualquier detalle puede marcar la diferencia. Y esta vez, él espera estar del lado correcto del azar.
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