Alex Rins pide ayuda a Yamaha tras otra decepcionante actuación en Sachsenring y cuestiona la falta de claridad técnica en el equipo.
El Gran Premio de Alemania ha dejado muchas certezas, pero también muchas heridas abiertas. Mientras Fabio Quartararo celebraba su primer podio de la temporada en la sprint del sábado, al otro lado del box, Álex Rins se ahogaba en un mar de dudas y desconcierto técnico. El piloto catalán finalizó decimoquinto, a casi veinte segundos de su compañero, y su cara al bajar de la moto era el reflejo de alguien que ya no sabe qué más preguntar.
“¿Qué puedo decir? Estoy muy confuso y creo que en el box también lo están”, lanzó Rins, con más resignación que rabia.
La declaración no es un simple desahogo: es un aviso directo a Yamaha, un equipo que no termina de ofrecerle respuestas ni rendimiento. Rins no entiende cómo Quartararo, con una moto prácticamente idéntica, puede luchar por el podio mientras él pelea por salir del fondo de la parrilla.
“He hecho toda la carrera detrás de Joan Mir y solo en el sector dos me sacaba cuatro o cinco décimas. Es un sector a fondo, una sola línea, y no entiendo cómo Fabio o Miller pueden ir tan rápido”, reconocía.
Cuando las cifras no cuadran
Pero lo más preocupante no es solo el resultado, sino lo que está ocurriendo dentro del garaje. Rins denunció diferencias técnicas inexplicables entre sus dos motos: una variación de seis milímetros en la suspensión entre sus unidades. Un dato tan preciso como alarmante.
“Como piloto necesitas entender el motivo, y no han sabido darme una respuesta clara. Entonces hay confusión, mucha confusión”.
Yamaha parece estar atrapada en su propio laberinto. Rins, que llegó como fichaje estrella, se está quedando sin argumentos ni apoyo tangible para revertir la situación. El contraste con Quartararo es doloroso. Mientras el francés brilla en días grises, Rins siente que navega a ciegas.
“He esperado a que terminaran de celebrar el podio de Fabio para preguntarles por qué hay tanta diferencia. Las cuatro Yamaha son muy parecidas… pero no saben, no saben”.
Una llamada urgente desde dentro
Más allá del resultado, el mensaje es demoledor: Rins pide ayuda, pero también exige transparencia. La falta de claridad técnica y la ausencia de evolución visible empiezan a hacer mella. Lo que debería ser un proyecto de reconstrucción, se está convirtiendo en una travesía sin rumbo.
“Necesito la ayuda de mi equipo para poder ir más rápido. Porque no logramos entenderlo”.
En un Mundial donde cada décima cuenta, el piloto catalán se siente atrapado en una moto que no responde y en una estructura que no explica. Si Yamaha no actúa pronto, la temporada de Rins corre el riesgo de disolverse entre dudas y silencios.
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