Honda prueba un nuevo motor en Jerez y se agarra a una reconstrucción integral mientras Alberto Puig reconoce que el resurgir de Marc Márquez sería “uno de los mayores hitos del deporte mundial”.
La reconstrucción de Honda tras la salida de Marc Márquez está en marcha. Después de años navegando en la tormenta, la marca del ala dorada se ha aferrado con uñas y dientes a su proyecto más ambicioso: recuperar la competitividad perdida. En el test post Gran Premio de España, en el Circuito de Jerez-Ángel Nieto, la fábrica japonesa desplegó un nuevo motor, otro paso más en su proceso de reinvención.
No están dejando nada al azar. Además del motor, también han centrado esfuerzos en el chasis y en la siempre delicada electrónica. Cada ajuste, cada comparativa, cada feedback cuenta en una época donde Yamaha —con una moto aún en fase de concesiones— empieza a mostrar signos de resurrección. La pole y el podio de Fabio Quartararo en Jerez sirvieron como advertencia: el margen se estrecha entre las marcas históricas y las reinas actuales.
Al frente del naufragio y de la esperanza, Alberto Puig. El team manager de HRC habló sin filtros en Jerez sobre la situación del equipo: “En general, aún no hemos encontrado lo que esperábamos; aún tenemos que investigar. Creemos que aún falta algo y que, si lo encontramos, podremos ver los mismos resultados en pista. Nos centramos en todos los problemas”, declaró. Una declaración que ilustra bien el momento actual: Honda no tiene una única herida abierta, sino un cuerpo entero lleno de cicatrices. Y sin embargo, siguen en pie.
El resurgir de Marc y la sombra que nunca se fue
Hablar de Honda sin hablar de Marc Márquez sigue siendo imposible. Aunque el ocho veces campeón del mundo ya no forma parte del garaje de HRC, su figura sigue presente. En el paddock, en la memoria, y en las comparaciones inevitables. Puig, que vivió desde dentro el calvario físico y emocional del de Cervera, no esquivó el tema. “Marc lo pasó muy mal con el brazo, y los que estuvimos ahí lo sabemos. Yo sé lo que estaba pasando, y más habiendo sido campeón del mundo. Entre todos, lo ayudamos a creer que podía hacerse, y al final lo conseguimos”, recordaba Puig, aún con un deje de orgullo, como quien habla de un hijo que sobrevivió a lo impensable.
Y no solo sobrevivió. Márquez ha renacido en Ducati, y marcha segundo en la clasificación general, solo por detrás de su hermano Álex. Un regreso estelar que para Puig va más allá del deporte: “Si consigue ganar este campeonato, sería uno de los mayores hitos del deporte a nivel global. Estar fuera de los puestos de cabeza durante cuatro o cinco años por lesión, y volver a ganar con una edad avanzada para lo que es esto… es la leche, es brutal. Esa gente es muy muy especial”.
El reto: sanar sin mirar atrás
Mientras tanto, Honda trata de curar sus heridas sin mirar constantemente al espejo retrovisor. Joan Mir y Luca Marini necesitan herramientas para competir. Y lo que está en juego no es solo el rendimiento en pista, sino el orgullo de una fábrica que durante años marcó el ritmo de la categoría reina. ¿Será suficiente la evolución técnica? ¿O necesitan algo más: un nuevo líder, un nuevo faro? En esta travesía hacia la redención, Honda no solo busca volver a ganar; busca volver a creer.
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